Boca Río Gallegos conjugó los tres verbos en una misma tarde, y derrotó con comodidad en la cancha y amplitud en el marcador a un Petrolero que se vio superado en todo el transcurso del partido. Los albirojos NO jugaron mal, simplemente Boca jugó demasiado bien. Raúl Becerra fue la figura del partido y se retiró aplaudido por su gente.
Querer es poder habrá pensado Don Navarro y Coco Velásquez, y Petro quiso, pero no pudo.El xeneize tomó la iniciativa apenas sonó el silbato de Eduardo Lugo minutos pasadas las diecinueve en cancha de Boxing, casi en simultaneo con esto los muchachos de Boca se plantaron en campo adversario, en territorio enemigo.
Pero si usted piensa que a tontas y a locas, le aseguro que esta más que equivocado.
Boca marcó como premisa, la pelota contra el piso, el toque y el cambio de frente, casi permanente, dijo “La pelota es mía” y en un papel de puro egoísmo, no se la prestó a Petrolero. No se desesperó nunca, y creo humildemente que esa fue su mayor virtud, si te sabés potencialmente superior, pero no lo demostrás en la red, te puede dar eso que llaman pánico escénico es?? Bueno algo así sería, sin embargo Boca, supo manejar su ansiedad a la perfección. Cual si fuese un partido de ajedrez, Nicolai y Olguín mostraron un juego de ataque, pensado, sin apuro, protegiendo bien a su Rey , llamémosle, Eduardo Martínez, con un tridente defensivo impecable ; García, Olguín y Lucas Fernández. De ser necesario, bajaba un poco a Pérez por la derecha, y rápidamente formaba línea de cuatro.
En el medio, dos “peones” que desparramaron calidad y le agregaron quite: Diego Sandoval y Sebastián Luna. Dos alfiles, uno por derecha y otro por izquierda: Jancich y Leandro Fernández. Y dos “Torres” arriba Raúl Becerra y Daniel Escobar.
Petro se defendió como pudo, se conformaba con cuidar a su rey, Adrián Tejos, como fuera, con armas leales por supuesto, pero Gironi y Maciel no daban abasto.
Adrián Tejos, de apoco se fue convirtiendo en figura, tapando tres mano a mano a Becerra, pero nada es para siempre dicen… y en ese movimiento de “torres” Becerra y Escobar, sobre los treinta y dos minutos ponen el uno a cero, y chau Petro: Jaque Mate.
Sobre el final de la primera etapa Tejos se lo lleva puesto a Becerra y de la pena máxima sancionada, Leandro Fernández pone el dos a cero, para ir al descanso.
Dos opciones quedaban para la segunda: O Petrolero se jugaba todo por el todo, y salía a llevarse por delante a Boca, o el xeneize, ajustaba un poco más su juego y definía el partido. Y pasó lo segundo.
Fue todo de Boca, absolutamente todo. Encima de una tibia llegada por un tiro desde lejos por parte de Monzón, Eduardo Martínez desde su arco la pone como con la mano a Becerra, que en el mano a mano con Tejos, esta vez canta victoria, porque por primera vez le puede ganar al uno rival, con toque suave abajo y al palo izquierdo sella el tres por cero.
Sobre los trece y tras un rebote que da el arquero, Luna pone por cuarta vez la pelota en el fondo del arco y a esta altura Perolero ya no tenía respuestas ni físicas ni anímicas. Los bancos eran un fiel relejo de esto. Expulsado Navarro de la banca albiroja, veía a un Coco Velásquez, de brazos cruzados, preocupado, obviamente sufriendo en silencio la derrota. En el otro un Nicolai distendido, manos en los bolsillos, sabiendo que las cosas se estaban haciendo tal cual lo conversado en la semana.
Becerra, da tres trancos entrando como centro atacante, le gana a la dupla central, y con toque suave por sobre la humanidad de Tejos, marca el segundo en su cuenta personal y el quinto de su equipo.
El sexto a cuatro del final, fue simplemente el corolario de una tarde-noche, casi perfecta, de zurda, cruzado y a media altura, Jorge Olguín de tiro libre cierra el show de goles.
Dije “casi” perfecta, porque Boca pierde innecesariamente a Pérez, un todo terreno en este andamiaje boquense, doble amarilla para el ocho azul y oro y su equipo quedó con diez.
La impotencia a veces te traiciona, y prueba de ello es que Petrolero también ve un par de rojas, en un partido que no tuvo nada de violento ni mala intención. Con un Boca que hizo su juego a la perfección, pero respetando siempre al rival, y un Petrolero que pese a verse superado todo el partido, no buscó aliarse a las armas de la violencia, para contrarrestar esa superioridad. Don Eduardo Lugo, expulsó, cuando debía expulsar, nada para achacarle, ni reprocharle, por el contrario tuvo, como ya es casi una costumbre en él, un muy buen desempeño.
Ganó Boca, le costaron treinta y dos minutos, para abrir el camino a una goleada, cosas de peones, alfiles y torres.
Puso las piezas donde debían estar, y cuando tuvo la oportunidad simplemente cantó “Jaque Mate”.
Querer es poder habrá pensado Don Navarro y Coco Velásquez, y Petro quiso, pero no pudo.El xeneize tomó la iniciativa apenas sonó el silbato de Eduardo Lugo minutos pasadas las diecinueve en cancha de Boxing, casi en simultaneo con esto los muchachos de Boca se plantaron en campo adversario, en territorio enemigo.
Pero si usted piensa que a tontas y a locas, le aseguro que esta más que equivocado.
Boca marcó como premisa, la pelota contra el piso, el toque y el cambio de frente, casi permanente, dijo “La pelota es mía” y en un papel de puro egoísmo, no se la prestó a Petrolero. No se desesperó nunca, y creo humildemente que esa fue su mayor virtud, si te sabés potencialmente superior, pero no lo demostrás en la red, te puede dar eso que llaman pánico escénico es?? Bueno algo así sería, sin embargo Boca, supo manejar su ansiedad a la perfección. Cual si fuese un partido de ajedrez, Nicolai y Olguín mostraron un juego de ataque, pensado, sin apuro, protegiendo bien a su Rey , llamémosle, Eduardo Martínez, con un tridente defensivo impecable ; García, Olguín y Lucas Fernández. De ser necesario, bajaba un poco a Pérez por la derecha, y rápidamente formaba línea de cuatro.
En el medio, dos “peones” que desparramaron calidad y le agregaron quite: Diego Sandoval y Sebastián Luna. Dos alfiles, uno por derecha y otro por izquierda: Jancich y Leandro Fernández. Y dos “Torres” arriba Raúl Becerra y Daniel Escobar.
Petro se defendió como pudo, se conformaba con cuidar a su rey, Adrián Tejos, como fuera, con armas leales por supuesto, pero Gironi y Maciel no daban abasto.
Adrián Tejos, de apoco se fue convirtiendo en figura, tapando tres mano a mano a Becerra, pero nada es para siempre dicen… y en ese movimiento de “torres” Becerra y Escobar, sobre los treinta y dos minutos ponen el uno a cero, y chau Petro: Jaque Mate.
Sobre el final de la primera etapa Tejos se lo lleva puesto a Becerra y de la pena máxima sancionada, Leandro Fernández pone el dos a cero, para ir al descanso.
Dos opciones quedaban para la segunda: O Petrolero se jugaba todo por el todo, y salía a llevarse por delante a Boca, o el xeneize, ajustaba un poco más su juego y definía el partido. Y pasó lo segundo.
Fue todo de Boca, absolutamente todo. Encima de una tibia llegada por un tiro desde lejos por parte de Monzón, Eduardo Martínez desde su arco la pone como con la mano a Becerra, que en el mano a mano con Tejos, esta vez canta victoria, porque por primera vez le puede ganar al uno rival, con toque suave abajo y al palo izquierdo sella el tres por cero.
Sobre los trece y tras un rebote que da el arquero, Luna pone por cuarta vez la pelota en el fondo del arco y a esta altura Perolero ya no tenía respuestas ni físicas ni anímicas. Los bancos eran un fiel relejo de esto. Expulsado Navarro de la banca albiroja, veía a un Coco Velásquez, de brazos cruzados, preocupado, obviamente sufriendo en silencio la derrota. En el otro un Nicolai distendido, manos en los bolsillos, sabiendo que las cosas se estaban haciendo tal cual lo conversado en la semana.
Becerra, da tres trancos entrando como centro atacante, le gana a la dupla central, y con toque suave por sobre la humanidad de Tejos, marca el segundo en su cuenta personal y el quinto de su equipo.
El sexto a cuatro del final, fue simplemente el corolario de una tarde-noche, casi perfecta, de zurda, cruzado y a media altura, Jorge Olguín de tiro libre cierra el show de goles.
Dije “casi” perfecta, porque Boca pierde innecesariamente a Pérez, un todo terreno en este andamiaje boquense, doble amarilla para el ocho azul y oro y su equipo quedó con diez.
La impotencia a veces te traiciona, y prueba de ello es que Petrolero también ve un par de rojas, en un partido que no tuvo nada de violento ni mala intención. Con un Boca que hizo su juego a la perfección, pero respetando siempre al rival, y un Petrolero que pese a verse superado todo el partido, no buscó aliarse a las armas de la violencia, para contrarrestar esa superioridad. Don Eduardo Lugo, expulsó, cuando debía expulsar, nada para achacarle, ni reprocharle, por el contrario tuvo, como ya es casi una costumbre en él, un muy buen desempeño.
Ganó Boca, le costaron treinta y dos minutos, para abrir el camino a una goleada, cosas de peones, alfiles y torres.
Puso las piezas donde debían estar, y cuando tuvo la oportunidad simplemente cantó “Jaque Mate”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario