ARGENTINO B
Huracán derrotó a Boca RG por dos a cero en el Municipal de Comodoro. Un primer tiempo donde el xeneize dilapidó no menos de siete ocasiones clarísimas de gol y mereció irse al descanso ganando, fue el contraste lapidario de un segundo tiempo donde el globo, no solo jugó mejor, sino que Boca tuvo amnesia colectiva y fue superado ampliamente por el local. Fueron expulsados Lucero y Olguín.
Alfredo Galvez
El fresco aire que cruza la cancha y se desparrama en las tribunas ignora por completo la soleada tarde chubutense. Pero no hace mella en la colorida y numerosa hinchada local que desde muy temprano alienta que te alienta a “su” Globo comodorense.
Hasta aquí ha llegado Boca desde Río Gallegos en busca de tres puntos, necesarios como el aire que respira, a fin de tener chances intactas para la décima y ultima fecha.
Huracán también pretende esos puntos, porque prácticamente le asegura la clasificación.
El local con el regreso de ese enorme jugador que es Martín Subiabre en el medio campo, como para minimizar las bajas ya conocidas de Pranich, Noé Ríos y el ”piojo” López. Por lo que Don Orlando Portalau pone en campo a Matías Cano en el arco. En el fondo de derecha a izquierda, José Ocampo, Facundo Tromer, Gustavo Caamaño y Joao Boari. En el medio campo Oscar Marchand por andarivel derecho, el doble cinco lo componen Martín Subiabre y Jorge Barrera, mientras que Cristian Millahual va por izquierda. En ataque Diego Rubilar y Pablo Romano.Mario Gambini que vuelve al banco luego de penar la suspensión, pone a Eduardo Martínez en la valla teniendo la capitanía marcada en su brazo izquierdo. Guillermo López, Elio Boccio, Jorge Olguín y Víctor Magnago aparecen en el fondo, tomando en cuenta que el Guille, va a desprenderse casi como un “ocho” para darle más libertad a Sandoval por derecha. El mencionado Santiago Maxi Lucero y José Manuel Quiroga por zona media. “Nando” Méndez como enlace de los puntas Esteban Angelini y Raúl Becerra. Con el arbitraje del joven arbitro de Bahía Blanca, Don Bruno Bocca en el horario previsto de las diecisiete horas pita y autoriza el comienzo del partido.
Huracán con esto de hacer prevalecer su localìa, su invicto en este campo y mimado por su hinchada pone desde el comienzo proa hacia Martínez. Pero los primeros intentos no solo son tibios y hasta sin convicción, sino que se encuentra con una firme defensa que sin problema alguno, resta una por una los intentos de avances del local.
Pero el Globo, fue “Tanteando” por aquí y por allá, Probó por el lado de Magnago…imposible. Por los centrales Olguín y Boccio…olvidate, cerrado con cerrojo. Pero cuando buscó por izquierda de su ataque por el lado de López, allí encontró el talón de Aquiles en el fondo xeneize. Sabido es que el Guille no siente la marca requerida para esa zona, y le costó una enormidad luchar contra Cristian Millahual, que se volcaba por ese sector y desde allí partían pelotazos cruzados en busca del grandote Rubilar, o en su defecto apoyaba el juego hacia el medio donde aparecía Suabiabre. Pero Martín perdía más de las que ganaba ante la marca y presión que metían Lucero, Sandoval e incluso Quiroga. Boca tenía una lectura clara de que la contra era la mejor arma que podía utilizar. Y no fue casualidad ni mucho menos que la visita empezara a sumar chances clarísimas de gol. Ataque por derecha, el Globo que intenta “tirar” el offside y todos habilitan de derecha hacia el centro la caprichosa va rodando tres toques y la llegada a domicilio para que el “tanque” Angelini quede mano a mano ante Cano, tiene el tiempo suficiente para medir y ejecutar, pero su disparo sale pegado al poste derecho del golero local, mientras todos se agarran la cabeza por no creer que esa pelota no haya terminado en la red. Otra de Becerra que por derecha gana la posición de Tromer, apunta y dispara la redonda lleva destino de red, pero la mano derecha en estirada inmensa de Matías Cano, desvía al corner. Para seguir contabilizando, aparece por derecha solo, sin marcas que ya ha sido burlada, Santiago Sandoval, simplemente para mandarla a los piolines girar y festejar, pero Santiago intenta fusilamiento y la caprichosa se ofende y se eleva lejos del arco de Matías. Sigue sumando chances Boca y lo pone nuevamente a Angelini en zona caliente, y Esteban no decide nunca el remate franco, intenta combinar dentro del área, y Caamaño le pega de punta para arriba con tal de salvar su arco. Huracán mantenía un dominio territorial muy poco efectivo, porque ni Rubilar ni Pablo Romano llevaban peligro al arco de Martínez, y cuando pudo hacerlo se encontró con un arquero, seguro de arriba y de abajo, con reflejos envidiables. Se iba la etapa con un Globo que lastimaba pero no hería y un Boca que hería si… pero no mataba.
En el entretiempo supe imaginarme que la complementaria tendría al local más jugado en ataque, lo que le daría a la visita el handicap necesario para dibujar contras punzantes y mortales, llegado el caso lo que los muchachos de Gambini debían mejor era la frialdad y precisión al momento de definir...solo eso.
Pero alguien pateó el tablero y se cambiaron todas las fichas. Y el que jugaba con blancas se quedó con negras y viceversa. Huracán le hizo honor a su nombre y comenzó a “soplar” de menor a mayor desde el arranque, Boca pasó del sol de la primera parte a la niebla y las sombras en la segunda. El cambio fue ABISMAL, Boca literalmente se perdió en la cancha, fue como si nunca hubieran salido de camarines. Debería resumirlo, simplemente como amnesia total y generalizada. Miré indiscretamente algún bidón de agua sospechoso como el de Bilardo ante Brasil allá en Italia por el 90. Buscaba algo simplemente un motivo que me explicase de alguna forma el cambio radical de un tiempo a otro. Huracán le dio mayor crédito a Subiabre en la mitad de cancha, y Martín comenzó a manejar los hilos del Globo. Salvo un aislado ataque convertido en gol anulado por offside, Boca fue otro Boca en esta etapa, desdibujado, errático sin juego y sin personalidad. Eduardo Martínez en este marco empezó a convertirse en la figura excluyente del partido sacando pelotas imposibles de contener, pero Eduardo ahogaba gritos de hinchas enloquecidos por enrojecer gargantas en algún grito de gol.
El medio campo xeneize fue borrado por completo. Barrera, Marchand comandaban cada ataque del Globo. Millahual a pura gambeta y picardía desnivelaba una y otra vez por izquierda y los centros cada vez más cerca de Martínez hacían que el puñado de simpatizantes boquense, solo cruzara los dedos y frunciera el seño, porque se veía venir la apertura del marcador. Boca igualmente soportaba como aquel boxeador que recibe golpe por golpe, pero se mantiene de pie ensangrentado esperando uno…solo un golpe para cerrar el pleito. Pero el golpe llegó por otro lado, Lucero que va con los brazos abiertos y codo de Maxi sobre la humanidad de Barrera, obliga a Don Bruno Bocca a mostrarle roja directa y a mi me obliga a repasar tres expulsiones idénticas de Lucero.
Al campo Diego Sandoval para cumplir con la función de cinco, afuera López, y ahora es bien definido el fondo con tres, Boccio, Olguín y Magnago. Pero Huracán solo debió esperar tres minutos desde la expulsión, para que Millahual desbordara a pura gambeta como todo el segundo tiempo, metiera el centro para que Jorge Barrera, casi debajo de los palos de Martínez, pusiera el uno a cero a favor del local.
El ingreso de Ceballos, fue simplemente poner a un marinero más en una embarcación que se hundía sin miramientos. Con un Boca quebrado anímicamente, Huracán `no se enloqueció, puso la pelota al piso, la hizo rotar por distintos lados del campos, la perfecta habilitación para el recién ingresado Díaz deja en claro mano a mano ante Martínez, tapa Eduardo en primera instancia pero el rebote le queda servido a Barrera que se convierte en goleador de la tarde facturando el segundo de su equipo.
Sobre la marcha nomás la impotencia y bronca acumulada lleva a Olguín a levantarlo por los aires al ingresado Calculef, por lo que el bahiense Bocca muestra roja directa al “cholga”, once contra nueve solo daba para esperar el pitazo final del Sr. Bocca que vale decirlo tuvo un correctísimo arbitraje. Si alguien pensaba que la localìa del equipo comodorense podía “incomodarlo” se equivocaba por lejos. No amonestó por amonestar y ambas expulsiones fueron correctas. Boca llega a la última fecha sin chance de clasificar. Habrá que ir pensando en el clausura allá por febrero del 2010. Me voy del Municipal, cuando prácticamente ya no queda nadie en las tribunas. Pienso en este Boca, que hoy al igual que hace siete días mereció mejor suerte en la red y no la tuvo, la diferencia estuvo en que ante Neuquén fue claro y dominante los noventa minutos, aquí solo estuvo en cancha los primeros cuarenta y cinco. El resto fue una exclusividad de Huracán. Justo ganador el globo, sobre todo por lo hecho en la complementaria. Boca hizo un primer tiempo en el que pudo quedarse con todo…sin embargo terminó quedándose sin nada.
Huracán derrotó a Boca RG por dos a cero en el Municipal de Comodoro. Un primer tiempo donde el xeneize dilapidó no menos de siete ocasiones clarísimas de gol y mereció irse al descanso ganando, fue el contraste lapidario de un segundo tiempo donde el globo, no solo jugó mejor, sino que Boca tuvo amnesia colectiva y fue superado ampliamente por el local. Fueron expulsados Lucero y Olguín.
Alfredo Galvez
El fresco aire que cruza la cancha y se desparrama en las tribunas ignora por completo la soleada tarde chubutense. Pero no hace mella en la colorida y numerosa hinchada local que desde muy temprano alienta que te alienta a “su” Globo comodorense.
Hasta aquí ha llegado Boca desde Río Gallegos en busca de tres puntos, necesarios como el aire que respira, a fin de tener chances intactas para la décima y ultima fecha.
Huracán también pretende esos puntos, porque prácticamente le asegura la clasificación.
El local con el regreso de ese enorme jugador que es Martín Subiabre en el medio campo, como para minimizar las bajas ya conocidas de Pranich, Noé Ríos y el ”piojo” López. Por lo que Don Orlando Portalau pone en campo a Matías Cano en el arco. En el fondo de derecha a izquierda, José Ocampo, Facundo Tromer, Gustavo Caamaño y Joao Boari. En el medio campo Oscar Marchand por andarivel derecho, el doble cinco lo componen Martín Subiabre y Jorge Barrera, mientras que Cristian Millahual va por izquierda. En ataque Diego Rubilar y Pablo Romano.Mario Gambini que vuelve al banco luego de penar la suspensión, pone a Eduardo Martínez en la valla teniendo la capitanía marcada en su brazo izquierdo. Guillermo López, Elio Boccio, Jorge Olguín y Víctor Magnago aparecen en el fondo, tomando en cuenta que el Guille, va a desprenderse casi como un “ocho” para darle más libertad a Sandoval por derecha. El mencionado Santiago Maxi Lucero y José Manuel Quiroga por zona media. “Nando” Méndez como enlace de los puntas Esteban Angelini y Raúl Becerra. Con el arbitraje del joven arbitro de Bahía Blanca, Don Bruno Bocca en el horario previsto de las diecisiete horas pita y autoriza el comienzo del partido.
Huracán con esto de hacer prevalecer su localìa, su invicto en este campo y mimado por su hinchada pone desde el comienzo proa hacia Martínez. Pero los primeros intentos no solo son tibios y hasta sin convicción, sino que se encuentra con una firme defensa que sin problema alguno, resta una por una los intentos de avances del local.
Pero el Globo, fue “Tanteando” por aquí y por allá, Probó por el lado de Magnago…imposible. Por los centrales Olguín y Boccio…olvidate, cerrado con cerrojo. Pero cuando buscó por izquierda de su ataque por el lado de López, allí encontró el talón de Aquiles en el fondo xeneize. Sabido es que el Guille no siente la marca requerida para esa zona, y le costó una enormidad luchar contra Cristian Millahual, que se volcaba por ese sector y desde allí partían pelotazos cruzados en busca del grandote Rubilar, o en su defecto apoyaba el juego hacia el medio donde aparecía Suabiabre. Pero Martín perdía más de las que ganaba ante la marca y presión que metían Lucero, Sandoval e incluso Quiroga. Boca tenía una lectura clara de que la contra era la mejor arma que podía utilizar. Y no fue casualidad ni mucho menos que la visita empezara a sumar chances clarísimas de gol. Ataque por derecha, el Globo que intenta “tirar” el offside y todos habilitan de derecha hacia el centro la caprichosa va rodando tres toques y la llegada a domicilio para que el “tanque” Angelini quede mano a mano ante Cano, tiene el tiempo suficiente para medir y ejecutar, pero su disparo sale pegado al poste derecho del golero local, mientras todos se agarran la cabeza por no creer que esa pelota no haya terminado en la red. Otra de Becerra que por derecha gana la posición de Tromer, apunta y dispara la redonda lleva destino de red, pero la mano derecha en estirada inmensa de Matías Cano, desvía al corner. Para seguir contabilizando, aparece por derecha solo, sin marcas que ya ha sido burlada, Santiago Sandoval, simplemente para mandarla a los piolines girar y festejar, pero Santiago intenta fusilamiento y la caprichosa se ofende y se eleva lejos del arco de Matías. Sigue sumando chances Boca y lo pone nuevamente a Angelini en zona caliente, y Esteban no decide nunca el remate franco, intenta combinar dentro del área, y Caamaño le pega de punta para arriba con tal de salvar su arco. Huracán mantenía un dominio territorial muy poco efectivo, porque ni Rubilar ni Pablo Romano llevaban peligro al arco de Martínez, y cuando pudo hacerlo se encontró con un arquero, seguro de arriba y de abajo, con reflejos envidiables. Se iba la etapa con un Globo que lastimaba pero no hería y un Boca que hería si… pero no mataba.
En el entretiempo supe imaginarme que la complementaria tendría al local más jugado en ataque, lo que le daría a la visita el handicap necesario para dibujar contras punzantes y mortales, llegado el caso lo que los muchachos de Gambini debían mejor era la frialdad y precisión al momento de definir...solo eso.
Pero alguien pateó el tablero y se cambiaron todas las fichas. Y el que jugaba con blancas se quedó con negras y viceversa. Huracán le hizo honor a su nombre y comenzó a “soplar” de menor a mayor desde el arranque, Boca pasó del sol de la primera parte a la niebla y las sombras en la segunda. El cambio fue ABISMAL, Boca literalmente se perdió en la cancha, fue como si nunca hubieran salido de camarines. Debería resumirlo, simplemente como amnesia total y generalizada. Miré indiscretamente algún bidón de agua sospechoso como el de Bilardo ante Brasil allá en Italia por el 90. Buscaba algo simplemente un motivo que me explicase de alguna forma el cambio radical de un tiempo a otro. Huracán le dio mayor crédito a Subiabre en la mitad de cancha, y Martín comenzó a manejar los hilos del Globo. Salvo un aislado ataque convertido en gol anulado por offside, Boca fue otro Boca en esta etapa, desdibujado, errático sin juego y sin personalidad. Eduardo Martínez en este marco empezó a convertirse en la figura excluyente del partido sacando pelotas imposibles de contener, pero Eduardo ahogaba gritos de hinchas enloquecidos por enrojecer gargantas en algún grito de gol.
El medio campo xeneize fue borrado por completo. Barrera, Marchand comandaban cada ataque del Globo. Millahual a pura gambeta y picardía desnivelaba una y otra vez por izquierda y los centros cada vez más cerca de Martínez hacían que el puñado de simpatizantes boquense, solo cruzara los dedos y frunciera el seño, porque se veía venir la apertura del marcador. Boca igualmente soportaba como aquel boxeador que recibe golpe por golpe, pero se mantiene de pie ensangrentado esperando uno…solo un golpe para cerrar el pleito. Pero el golpe llegó por otro lado, Lucero que va con los brazos abiertos y codo de Maxi sobre la humanidad de Barrera, obliga a Don Bruno Bocca a mostrarle roja directa y a mi me obliga a repasar tres expulsiones idénticas de Lucero.
Al campo Diego Sandoval para cumplir con la función de cinco, afuera López, y ahora es bien definido el fondo con tres, Boccio, Olguín y Magnago. Pero Huracán solo debió esperar tres minutos desde la expulsión, para que Millahual desbordara a pura gambeta como todo el segundo tiempo, metiera el centro para que Jorge Barrera, casi debajo de los palos de Martínez, pusiera el uno a cero a favor del local.
El ingreso de Ceballos, fue simplemente poner a un marinero más en una embarcación que se hundía sin miramientos. Con un Boca quebrado anímicamente, Huracán `no se enloqueció, puso la pelota al piso, la hizo rotar por distintos lados del campos, la perfecta habilitación para el recién ingresado Díaz deja en claro mano a mano ante Martínez, tapa Eduardo en primera instancia pero el rebote le queda servido a Barrera que se convierte en goleador de la tarde facturando el segundo de su equipo.
Sobre la marcha nomás la impotencia y bronca acumulada lleva a Olguín a levantarlo por los aires al ingresado Calculef, por lo que el bahiense Bocca muestra roja directa al “cholga”, once contra nueve solo daba para esperar el pitazo final del Sr. Bocca que vale decirlo tuvo un correctísimo arbitraje. Si alguien pensaba que la localìa del equipo comodorense podía “incomodarlo” se equivocaba por lejos. No amonestó por amonestar y ambas expulsiones fueron correctas. Boca llega a la última fecha sin chance de clasificar. Habrá que ir pensando en el clausura allá por febrero del 2010. Me voy del Municipal, cuando prácticamente ya no queda nadie en las tribunas. Pienso en este Boca, que hoy al igual que hace siete días mereció mejor suerte en la red y no la tuvo, la diferencia estuvo en que ante Neuquén fue claro y dominante los noventa minutos, aquí solo estuvo en cancha los primeros cuarenta y cinco. El resto fue una exclusividad de Huracán. Justo ganador el globo, sobre todo por lo hecho en la complementaria. Boca hizo un primer tiempo en el que pudo quedarse con todo…sin embargo terminó quedándose sin nada.