Alma, corazón y … fútbol

En el choque más importante de la fecha y uno de los más esperados del torneo, Boca y Defensores jugaron un partido apoteótico, donde los del Carmen ganaban uno a cero, cuando estaban once contra once, Boca perdió a Luna y Martínez por sendas expulsiones, todo esto en la mitad de la primera etapa. El xeneize hizo caso omiso a los números que marcaban inferioridad, y con fútbol, corazón, garra y todos los adjetivos que quiera sumarle dio vuelta un partido memorable, que seguramente quedará en la historia. Defensores, que alguna vez supo ganar en igual circunstancia en su favor, esta vez lo sufrió en carne propia.
Fotos: Romina Barrientos

Cuatro minutos de alargue en la mano enguantada de Omar Lugo, aceleraban las pulsaciones, de Gerson Olguín y Jorge Nicolai y ni que decirle las del hincha boquense
Para los nueve guerreros xeneizes que quedaban en campo, nada cambiaba, porque la adrenalina seguía como al principio, a full. Defensores, chocaba una y otra vez, contra esos hombres y contra su propia impotencia.
Cuando don Omar, llevó el silbato a su boca y extendió su mano al centro del campo en clara señal del final del encuentro, recién ahí la emoción y la euforia los envolvió a todos. La imagen era la postal clara de sentimientos encontrados, Boca abrazado en un racimo humano en festejo alocado y merecido. Defensores, con jugadores hincados buscando explicación y no pudiendo encontrarla.
Vale explicar el final para, poder explayarse en lo que fue el partido desde el comienzo.
Mucha, muchísima gente en cancha de Boxing, escenario donde Boca hace las veces de local, es que la previa hacía suponer un encuentro de aquellos, por lo que la gente respondió al llamado.
Invictos ambos, sabe cada uno, que enfrente hay un rival serio, duro de superar. Defensores, con su clásico esquema, cuatro en el fondo, cuatro en zona media y dos puntas.
Boca hoy cambia su esquema habitual, de su típica línea de tres, hoy va con cuatro en el fondo, porque suma a Mario Pérez como marcador por derecha y forma dupla central con García y Olguín, dejando como siempre a Lucas Fernández por izquierda. No hay nada librado al azar, pero pienso en eso de los primeros quince minutos de estudios, en ver que hace el rival … Nada más equivocado yo que eso, y brindo por ello.
Azules y rojos salen con la mente puesta en el arco contrario, gana en el inicio la pulseada Boca que se adueña de la zona media, donde Sandoval y Luna ganan sobre Seignoux, Mesa y compañía, entonces los primeros sofocones colorean por arco de Maxi Gómez que responde de maravillas, en especial en sendos cabezazos de Luna que sumado al ataque en cada pelota detenida, ganaba a los centrales rojos.
Habiendo dos goleadores en campo, uno por cada equipo, uno debía mirar con atención los movimientos de cada uno, porque sabido era, que cada técnico, había tomado sus recaudos para controlar esas torres goleadoras que son D´Augero y Becerra.
Y el rubio hombre de Defe, ganaba por puntos, porque no conservaba posición fija se movía por el centro, derecha e izquierda, mientras que Raúl, era absorbido por la marca impecable e implacable que le proponía Fernando Díaz. Entonces Boca, que jugaba con atino cada pelota, encontraba en Serón, vuelto al primer equipo, la cuota de desequilibrio por la izquierda del ataque. Pero de los diez a los veinte, desaceleraron ambos, pasó todo a zona media, y comenzaron algunos roces típicos del fútbol, más por cortar el juego que por lastimar a un rival.
Y llega el minuto veintidós y con Defensores puesto en ataque parte un centro cruzado de derecha a izquierda, momento fatal en que uno duda y contagia esa duda al resto, Martínez se sorprende esboza un tibio manotazo, y Belmonte, con ojos bien abiertos, de cabeza estampa el uno a cero.
Y Boca, debe ahora buscar el empate. No han pasado cinco minutos desde la apertura, cuando parte un pelotazo en busca de la cabeza de D´Augero, salta con Olguín, cerca de Luna, gana el “Cholga” mientras que Ariel pierde el equilibrio, Sebastián cae sobre la humanidad del nueve de Defensores, aplicando un pisotón, que el Sr. Lugo, juzga intencional y Sebastián Luna ve la roja directa flamear en la fría noche de Boxing.
Ni que decirles, cuando algunos minutos más, en otro pelotazo en busca de la torre de Defensores del Carmen, gana a los centrales, encara a Martínez, le gana de cabeza y Eduardo manotea cabeza, cuerpo y lo que encuentra en el camino. Lugo repite roja directa, y Eduardo va rumbo a camarines. Cambio no pensado pero si obligado, afuera Serón para darle la bienvenida a Julio Echave en el resguardo de los tres palos.
Ficha del Partido
Nueve contra once, uno por cero abajo, y más de uno se acuerda de River-San Lorenzo de Estudiantes-Gimnasia eso de que nueve a veces son más que once.
Podrá Boca?? Difícil, pero no imposible, más si uno ve que termina la etapa con un Boca, volcado en ataque, manteniendo el juego, con un Becerra que ahora sí se mueve por todo el frente de ataque y ya no es presa fácil para Díaz que empieza a perderlo. Porque a Diego Jancich, desde el banco le han pedido “cordura” y el “loco” obedece y juega, corre y mete.
Y porque cuando en cada pelota detenida manda a Olguín, García junto con Rivera, Becerra en pos de un cabezazo, no se desatiende atrás, por el contrario, automáticamente deja mínimo dos hombres cubriendo a D´Augero, que queda siempre como único atacante.
El final de la etapa, abre expectativas por lo que viene, pienso si Boca resistirá el desgaste físico, que obviamente se multiplica en cada hombre.
Pienso en Defensores, que tiene la posibilidad de aumentar el marcador a sabiendas de que la diferencia numérica fácilmente puede generarle espacios, que bien aprovechados es traducible en gol.
Boca sale al campo rápido, si fueron muchas las indicaciones de la dupla técnica, se hicieron en tiempo record, Defensores, vuelve más tarde, con cambio de casaca, del rojo, pasa al blanco y para evitar confusiones, Lugo pasa del blanco al amarillo.
Y Boca sigue igual, con su fútbol, sus ganas y su temple. Casi ocho de la etapa, tiro desde de la derecha, lo toma con la zurda de sus botines azules, Jorge Olguín, corazón del área, Gómez evita retener y manda los dos puños en señal de rechazo, queda ahí a pocos metros dentro del área, Diego Sandoval, cierra los ojos y mete un derechazo desde el alma. Cuando los abre ve la pelota dentro del arco y una loca carrera acompaña sus brazos extendidos en busca del Olguín y los nueve se abrazan.
Empate en uno, y reacciones distintas en el juego. Boca sigue con menos, siendo más, Defensores sintió el golpe y no encuentra recuperación, no revolea la pelota, intenta juego, pero no encuentra la llave que le indique el arco de Echave, que en cada pelota muestra solvencia.
También sintió el golpe Maxi Gómez, pero de la pierna de Rivera, y debe abandonar el campo, obligando a Peneca Muñoz al cambio de arquero
Pelota cruzada hacia la izquierda, Lucas Fernández, demostrando que resto físico y ganas le sobran, se proyecta como un punta por izquierda, nadie en la marca, cerca del vértice del área grande, mide , apunta, zurdazo y la pelota se cuela entre la humanidad del arquero Vera y su poste derecho, y es gol, y es proyecto de hazaña, la euforia de Lucas y compañía es el contraste de Richard Bazán que pasa sus manos por su rostro, como creyendo vivir una pesadilla.
Y Defensores va a la carga Barracas, con todo, cuchillo entre los dientes, pinta de malón herido va en busca de un empate, que cada vez es más distante, porque Boca tiene firmeza en su línea de cuatro, seguridad en Echave, y pulmones de sobra en Janchich, Mario Pérez y Becerra.
Los tres minutos, de los cuatros de alargue fueron bajo un ensordecedor ruido de bocinas que presagiaban el final. Vine a ver un partido que en la previa me decía partidazo, no se si fue tal, pero no me caben dudas que en lo emotivo, fue espectacular.
Boxing, Defensores y Boca están en la cima, el campeonato, por más que falte una eternidad, puede ser para cualquiera, los tres son los mejores exponentes de nuestro fútbol actual.