ARGENTINO B
El “Globo” consiguió su primer objetivo contra viento y marea. El entrenador sostiene que en el fútbol existen los milagros y hay que tener mucha confianza. Lejos de desatar un festejo desmedido luego de la clasificación, el plantel quedó concentrado para jugar el clásico de mañana frente a Jorge Newbery por el torneo Oficial A de Comodoro Rivadavia.
El Patagonico
Las lágrimas en las mejillas de los jugadores se mezcló en el final de la tarde dominguera con el agua de la lluvia que se hizo presente en Comodoro Rivadavia para sumar un condimento extra a la epopeya que se vivió en el estadio Municipal de kilómetro 3.
Cuando Gustavo Caamaño anotó el último penal que le dio la victoria a Huracán, todos salieron detrás del ex defensor de la Comisión de Actividades Infantiles y del arquero Mauro Zamora, que con tres penales contenidos fue el héroe máximo de la jornada.
Desde un costado Orlando Portalau se abrazó a su cuerpo técnico y sintió por dentro una felicidad inexplicable por haber conseguido uno de los objetivos que se propuso junto al plantel para esta segunda mitad de año.
Luego de desatar la algarabía de cara a la Barra de Fierro, el plantel se retiró del estadio pero no para salir a festejar sino para quedar concentrados de cara al clásico ante Jorge Newbery que se jugará mañana en kilómetro 3.
Ayer, el entrenador se mostró sereno por el gran paso que dio el equipo cuando muchos lo dejaban fuera de la pelea. “Dependíamos mucho de lo que habíamos hablado en la semana. Se podía dar el milagro en la cancha si nosotros dejábamos todo. Creo que se dejó todo y algo más para poder pasar a la siguiente instancia del Argentino B”, afirmó en un tono sereno el técnico.
Huracán se puso en ventaja con un gol tempranero de Esteban López y Pablo Romano estiró la diferencia pero Fernando Fernández anotó el descuento en el complemento y muchos sintieron un baldazo de agua fría. “En el momento del descuento mire el reloj pero esto es fútbol. Yo confiaba mucho en mis jugadores y que se podía dar vuelta, que se podían hacer goles. Iba a ser más difícil con un gol en contra en nuestra casa pero si no se daba íbamos a terminar muriendo de pie, jugando al fútbol, por abajo y con nuestra manera de ver el fútbol. El esfuerzo lo vieron todos, la tribuna, el cuerpo técnico y todos los que estuvieron en el estadio”, resaltó en diálogo con Diario Patagónico.
UN CAPITULO A LA HISTORIA
Muchos pensaron que Huracán dejó pasar la chance de avanzar en el torneo Argentino B cuando fue goleado en Neuquén, pero sin embargo el equipo dejó en claro que “no está muerto quien pelea”, como reza un trapo en la popular.
Orlando Portalau entiende que al estilo de juego se le sumó el apoyo incondicional de la hinchada y además pesó un poco las ocho décadas que tiene la institución. “Apelamos a la historia, a la garra del club y a esos 81 años de historia que tiene el club. Los chicos dejaron el alma en la cancha para lograr esta hazaña que es histórica. Los más memoriosos recuerdan una victoria ante Cipolletti en el 74 con un gol de (Marcelino) Britapaja, y después no hay otra hazaña de estas características y los chicos entraron en la historia del club sin lugar a dudas”, recalcó.
En la definición desde los doce pasos, le tocó a Gustavo Caamaño patear el penal más importante pero era su primera ejecución. “Lo que pasa es que los otros técnicos que tuvo no le tenían confianza, pero fue para que sienta un poquito la fuerza de Huracán. Lo teníamos anticipado a los penales, previo a la charla pero después tuvimos que modificar la lista porque algunos jugadores habían dejado todo a nivel físico y tuvimos que modificar nombres. Lo dejamos a Gustavo al final para que se lleve un poquito de gloria”, comentó con una sonrisa el técnico de Huracán.
Al término del juego y de los festejos, los jugadores con el cuerpo técnico decidieron reunirse para concentrar porque entienden que todavía queda un objetivo más en este 2009. Mañana se jugará el clásico por el torneo Oficial A con el clásico rival. “Nosotros logramos algo muy importante este fin de semana, y los chicos podrían haber salido a festejar esta gran hazaña pero quedamos concentrados pensando en el partido del miércoles (frente a Jorge Newbery) y la verdad que podemos cerrar un año inolvidable. Con la reinauguración del estadio, que quedó hermoso, y el primer objetivo cumplido. Ahora vamos por el segundo que es quedarnos con el clásico”, destacó Portalau.
El “Globo” consiguió su primer objetivo contra viento y marea. El entrenador sostiene que en el fútbol existen los milagros y hay que tener mucha confianza. Lejos de desatar un festejo desmedido luego de la clasificación, el plantel quedó concentrado para jugar el clásico de mañana frente a Jorge Newbery por el torneo Oficial A de Comodoro Rivadavia.
El Patagonico
Las lágrimas en las mejillas de los jugadores se mezcló en el final de la tarde dominguera con el agua de la lluvia que se hizo presente en Comodoro Rivadavia para sumar un condimento extra a la epopeya que se vivió en el estadio Municipal de kilómetro 3.
Cuando Gustavo Caamaño anotó el último penal que le dio la victoria a Huracán, todos salieron detrás del ex defensor de la Comisión de Actividades Infantiles y del arquero Mauro Zamora, que con tres penales contenidos fue el héroe máximo de la jornada.
Desde un costado Orlando Portalau se abrazó a su cuerpo técnico y sintió por dentro una felicidad inexplicable por haber conseguido uno de los objetivos que se propuso junto al plantel para esta segunda mitad de año.
Luego de desatar la algarabía de cara a la Barra de Fierro, el plantel se retiró del estadio pero no para salir a festejar sino para quedar concentrados de cara al clásico ante Jorge Newbery que se jugará mañana en kilómetro 3.
Ayer, el entrenador se mostró sereno por el gran paso que dio el equipo cuando muchos lo dejaban fuera de la pelea. “Dependíamos mucho de lo que habíamos hablado en la semana. Se podía dar el milagro en la cancha si nosotros dejábamos todo. Creo que se dejó todo y algo más para poder pasar a la siguiente instancia del Argentino B”, afirmó en un tono sereno el técnico.
Huracán se puso en ventaja con un gol tempranero de Esteban López y Pablo Romano estiró la diferencia pero Fernando Fernández anotó el descuento en el complemento y muchos sintieron un baldazo de agua fría. “En el momento del descuento mire el reloj pero esto es fútbol. Yo confiaba mucho en mis jugadores y que se podía dar vuelta, que se podían hacer goles. Iba a ser más difícil con un gol en contra en nuestra casa pero si no se daba íbamos a terminar muriendo de pie, jugando al fútbol, por abajo y con nuestra manera de ver el fútbol. El esfuerzo lo vieron todos, la tribuna, el cuerpo técnico y todos los que estuvieron en el estadio”, resaltó en diálogo con Diario Patagónico.
UN CAPITULO A LA HISTORIA
Muchos pensaron que Huracán dejó pasar la chance de avanzar en el torneo Argentino B cuando fue goleado en Neuquén, pero sin embargo el equipo dejó en claro que “no está muerto quien pelea”, como reza un trapo en la popular.
Orlando Portalau entiende que al estilo de juego se le sumó el apoyo incondicional de la hinchada y además pesó un poco las ocho décadas que tiene la institución. “Apelamos a la historia, a la garra del club y a esos 81 años de historia que tiene el club. Los chicos dejaron el alma en la cancha para lograr esta hazaña que es histórica. Los más memoriosos recuerdan una victoria ante Cipolletti en el 74 con un gol de (Marcelino) Britapaja, y después no hay otra hazaña de estas características y los chicos entraron en la historia del club sin lugar a dudas”, recalcó.
En la definición desde los doce pasos, le tocó a Gustavo Caamaño patear el penal más importante pero era su primera ejecución. “Lo que pasa es que los otros técnicos que tuvo no le tenían confianza, pero fue para que sienta un poquito la fuerza de Huracán. Lo teníamos anticipado a los penales, previo a la charla pero después tuvimos que modificar la lista porque algunos jugadores habían dejado todo a nivel físico y tuvimos que modificar nombres. Lo dejamos a Gustavo al final para que se lleve un poquito de gloria”, comentó con una sonrisa el técnico de Huracán.
Al término del juego y de los festejos, los jugadores con el cuerpo técnico decidieron reunirse para concentrar porque entienden que todavía queda un objetivo más en este 2009. Mañana se jugará el clásico por el torneo Oficial A con el clásico rival. “Nosotros logramos algo muy importante este fin de semana, y los chicos podrían haber salido a festejar esta gran hazaña pero quedamos concentrados pensando en el partido del miércoles (frente a Jorge Newbery) y la verdad que podemos cerrar un año inolvidable. Con la reinauguración del estadio, que quedó hermoso, y el primer objetivo cumplido. Ahora vamos por el segundo que es quedarnos con el clásico”, destacó Portalau.