FILIAL EL CALAFATE
Esa es la palabra que resume el sentimiento de este cronista, después de ser testigo de lo que vivimos en el Estadio Municipal, este domingo a la tarde. Fue el final de un fin de semana, que ojala sirva para parar la pelota y empezar de nuevo el año que viene, TODOS, dirigentes, cuerpos técnicos, árbitros, jugadores, público en general, porque así no se puede continuar.
Vasco Perret
Como todos los fines de semana, desde hace años, este periodista, se acercó a cubrir los tres partidos que estaban programados esta tarde en el fútbol local. El primero, partido de 4ta División desempate, entre el Club Lago Argentino y Argentinos del Sur. El encuentro fue arbitrado por Zenalik, Maciel y Fernández que volvía al referato después de dos años. El partido comenzó, y a los pocos minutos, los dos directores técnicos, comenzaron a quejarse por el arbitraje dentro de la cancha, cada vez más y más. Uno decía, “por decreto quieren que no seamos campeones”, el otro retrucaba, “déjalo, déjalo, si total te echan y después te perdonan y no te sancionan y jugas al otro partido”. Impresentable, de los dos lados. Esas cosas de dos adultos, se fue trasladando al campo de juego, se fue calentando el ambiente, donde hubo más de una pierna fuerte, y algún que otro insulto o dicho al aire entre los protagonistas.
Zenalik pitó el final, y con eso el banco de suplentes del Lago festejaba el título de 4ta División y el subcampeonato de primera División, en ese momento, en el centro del campo de juego, comenzó una batalla campal, entre jugadores y cuerpo técnicos, donde todos se pegaron con todos.
Finalmente, el técnico de Argentinos del Sur, quedó en el suelo tendido, minutos de tensión se vivieron, se llamó a la ambulancia y la policía, hasta que Torres se fue recuperando, y quería seguir peleando, echándole la culpa a Álvarez por la golpiza que sufrió, y el propio Álvarez diciéndole que él no le pegó en ningún momento. Cada uno, de esta VERGÜENZA, sabe cual es su responsabilidad en está historia.
Finalmente, llegó la policía, con dos patrulleros, y una ambulancia, con el doctor y la enfermera. Mientras tanto, los árbitros cerraban la planilla del partido y nos informaban que se suspendía el encuentro de 6ta División y debía jugarse a continuación.
Se terminaba un fin de semana, muy largo, que comenzó el viernes a la noche, siguió ayer sábado, y termino con este bochorno de 4ta división. Por todo esto, la sensación es VERGÜENZA.
Esa es la palabra que resume el sentimiento de este cronista, después de ser testigo de lo que vivimos en el Estadio Municipal, este domingo a la tarde. Fue el final de un fin de semana, que ojala sirva para parar la pelota y empezar de nuevo el año que viene, TODOS, dirigentes, cuerpos técnicos, árbitros, jugadores, público en general, porque así no se puede continuar.
Vasco Perret
Como todos los fines de semana, desde hace años, este periodista, se acercó a cubrir los tres partidos que estaban programados esta tarde en el fútbol local. El primero, partido de 4ta División desempate, entre el Club Lago Argentino y Argentinos del Sur. El encuentro fue arbitrado por Zenalik, Maciel y Fernández que volvía al referato después de dos años. El partido comenzó, y a los pocos minutos, los dos directores técnicos, comenzaron a quejarse por el arbitraje dentro de la cancha, cada vez más y más. Uno decía, “por decreto quieren que no seamos campeones”, el otro retrucaba, “déjalo, déjalo, si total te echan y después te perdonan y no te sancionan y jugas al otro partido”. Impresentable, de los dos lados. Esas cosas de dos adultos, se fue trasladando al campo de juego, se fue calentando el ambiente, donde hubo más de una pierna fuerte, y algún que otro insulto o dicho al aire entre los protagonistas.
Zenalik pitó el final, y con eso el banco de suplentes del Lago festejaba el título de 4ta División y el subcampeonato de primera División, en ese momento, en el centro del campo de juego, comenzó una batalla campal, entre jugadores y cuerpo técnicos, donde todos se pegaron con todos.
Finalmente, el técnico de Argentinos del Sur, quedó en el suelo tendido, minutos de tensión se vivieron, se llamó a la ambulancia y la policía, hasta que Torres se fue recuperando, y quería seguir peleando, echándole la culpa a Álvarez por la golpiza que sufrió, y el propio Álvarez diciéndole que él no le pegó en ningún momento. Cada uno, de esta VERGÜENZA, sabe cual es su responsabilidad en está historia.
Finalmente, llegó la policía, con dos patrulleros, y una ambulancia, con el doctor y la enfermera. Mientras tanto, los árbitros cerraban la planilla del partido y nos informaban que se suspendía el encuentro de 6ta División y debía jugarse a continuación.
Se terminaba un fin de semana, muy largo, que comenzó el viernes a la noche, siguió ayer sábado, y termino con este bochorno de 4ta división. Por todo esto, la sensación es VERGÜENZA.