Boca fue amplio dominador del juego durante los cuarenta y cinco minutos iniciales. No se repitió y probó todas las variantes posibles, pero no fue claro al momento de definir. El celeste en la segunda parte salió unos metros más arriba, Pablo Valencio le tiró todo el compromiso a Vergara y Andrada para la creación y terminó ganando un partido que al menos en la previa parecía imposible. El xeneize perdió su invicto en la última fecha. Hispano le confirmó a Boca que nada, absolutamente nada es para siempre.
Fotos: Romina Barrientos
Próximos a decir “Hola invierno”, vamos diciendo “Chau fútbol” porque hoy se cierra el capitulo once del torneo de la Liga Sur. Y Boca que depende exclusivamente de sí mismo, quiere cortarse solo en la punta. El fresco de la tarde se contradice con el sol a pleno, que a esta hora ya le ha ganado por lejos su pulseada a la niebla matutina.
Esto justifica que muchos de los protagonistas de esta tarde, luzcan guantes de diversos colores.
Bajo el arbitraje del Sr. Omar Lugo, arranca Boca – Hispano. Diego Jancich a menos de un minuto intentaba desde muy lejos un remate que se iba igual de lejos, del arco de Edgardo Ojeda. Cuando cumplidos diez minutos, contabilizo siete tiros de esquina para Boca, contra solo uno a favor de Hispano, creo hablaba por las claras el dominio abrumador del xeneize. Romero, Robledo, Gentile y Maidana, en ese orden, conformaban la línea de cuatro que se paraba al límite del área grande, cuidando celosamente cada uno su posición.
No le importaba que Boca, cada cinco minutos, hiciera variantes tácticas y posicionales de sus hombres. Mauricio Serón iba libre, primero por derecha, apareciendo siempre a espaldas de los dos centrales en la búsqueda de los centros pasados que provenían desde la izquierda.
Después se pasó al otro sector, optando por la individual, a sabiendas que le ganaba en el mano a mano a Romero e intentaba levantar centros a la cabeza de Becerra y Escobar.
Estos dos, cambiando permanentemente su posición. Diego Jancich en enroque continuo con Leandro Fernández. Sebastián Luna y Diego Sandoval eran los dueños exclusivos de la zona media. Y sí… Boca era un festival de toque, rotación y buen fútbol, pero salvo los corner donde Hispano se las arreglaba como podía, no tenía la profundidad necesaria para inquietar seriamente a Edgardo Ojeda.
Excepciones hubo, pero también se dilapidaron. Escobar, Becerra y Serón tuvieron las suyas, siendo la más clara la de Mauricio, que no le puede dar el toque justo que intentó al ponérsela por encima de la humanidad de Ojeda. Hispano lejos, lejísimo de Echave, esperaba de contra pero buscando solamente el error de Boca, no intentaba generar ese error, haciendo “pressing” y Boca, libre de marcas, no se equivocaba.
Mientras estiraba las piernas en el húmedo suelo de Defensores en el entretiempo, Valencio y Nicolai ajustaban detalles para el segundo tiempo.
Y lo que yo creía iba a ser una prolongación de lo sucedido en la primera parte fue mi mayor error en toda la tarde , porque Hispano puso a Galarza y Mario Ojeda mucho mas cerca del doble cinco : Luna y Sandoval. Puso la pelota en territorio de Boca y volcó su juego por izquierda donde Diego Andrada y Fernando Vergara, con fútbol y desequilibrio originaron los dolores de cabeza del “Colo” García, que gentilmente se lo contagió a Gerson Olguín y Jorge Nicolai.
Boca sin pelota y cometiendo sistemáticamente infracciones en su campo provocaron que en ocho minutos de juego, Fernando Vergara tuviera tres tiros libres a favor de su equipo que uno por uno ejecutó buscando la cabeza de algún compañero sin el resultado esperado. Sobre los once en otro tiro libre para Hispano, pero esta vez desde la derecha en tres cuarto de cancha de ataque.
Y ya que estamos, y en lugar de centro le pegamos al arco, pensó. La pelota va en dirección de los tres palos y sin pretender justificar a Echave, vale aclarar: piso húmedo, sol de frente que quiera o no, jode y encima le pegaron para que entre… Julio que se estira, ataja pero no retiene, los del fondo de Boca sin reacción y Alejandro Trejo, haciendo honor a su fama de goleador a un metro del arco de derecha rompe la red, grita gol y desata la locura Celeste . Y ahora Indio?? Ahora “vamos” les grita Jorge, para sacarlos del “Grogui” en el que han entrado sus muchachos. Y Boca va, y cuando digo va, no es con locura y apuro, no abandona su línea de fútbol y bienvenido sea.
Y como Boca va, Hispano accede a la contra con más frecuencia. Lucas Fernández suma por izquierda. Olguín, a pedido, deja el fondo y es casi un volante ofensivo y los pelotazos de Luna, Jancich, Becerra y Escobar, rebotan en las multiplicadas piernas de los defensores celestes. Arrimamos al minuto veintitres, Andrada por la izquierda no da por perdida la pelota, se la pelea a Roberto García, gana y encara , ingresa al área, busca a Trejo pero recuerda que Alejandro ya no esta en cancha y un “Ma sí , me la juego” retumba en su cabeza y entre el palo derecho y la pierna de Echave que achicaba no hay mas de sesenta centímetros, pero alcanzan para ponerla justito y atájenlo a Diego porque su locura contagia a todo Hispano, que ahora está arriba dos a cero .
El Celeste en la cima de su propia gloria. Boca, herido en su amor propio se juega a todo o nada. Faltan diez, recupera Lucas en la línea media, mete un cambio hacia la posición de Raúl Becerra, parece pelota de Diego Ojeda pero la pelota, con tal de darle más emoción al partido, se asocia con Becerra que de derecha achica diferencia y pone el partido no apto para flojos .
“No te la voy a hacer fácil” parece decir Boca. Pero poco le importa a Hispano, que con un amor propio impresionante sumado al factor “H” positivo, no se inmuta cuando debe revolearla a cualquier parte, encima con el Xeneize jugado en el fondo es una invitación a la contra y obviamente a la exposición de la roja, porque Roberto García la ve directa porque es ultimo hombre, sumado a que Lucas Fernández, minutos antes fuera acusado por Alejandro Lugo , primer asistente y ya tampoco estaba en campo, Boca terminaba el partido con nueve. De los cuatro adicionados por Don Omar Lugo, Hispano mantuvo a Boca lejos de su arco. El banco explotó de euforia al pitazo de Don Omar. Pablo Valencio con sus brazos atrás de su cuerpo los últimos diez minutos, quedó en soledad disfrutando de este triunfo.
Boca perdió su invicto, pero no la punta, Hispano consigue su tercer triunfo al hilo y se va hasta que se reanude el torneo “chocho” de la vida.
Y sí amigos… la consigna de Valencio a sus muchachos fue clara “Si nos quieren ganar, vamos a vender cara la derrota… Si Boca quiere CELESTE … que le cueste.