Ferro de Olavarría y Boca RG igualaron sin goles en el partido de ida de la llave uno del Torneo Argentino”C”. El xeneize volvió a mostrar su oficio de visitante y volvió a dejar tribunas silenciosas. Marcos Coronda se convirtió en el héroe de la tarde al contenerle un tiro penal a Victor Manchafico en el minuto cuarenta y dos de la primera parte. En siete días en Río Gallegos jugarán la revancha, quizás con nieve, tal vez con viento y seguramente con mucho frío como para reflejar que el sur también existe.
Más de dos mil trescientos kilómetros ha recorrido Boca para llegar al corazón de la provincia de Buenos Aires. Olavarría es el lugar y Ferro de esta ciudad el rival.
Los medios locales han dado muchísima cobertura al encuentro, el albiceleste está haciendo historia y por consecuencia lógica entusiasma, ilusiona y el público lo respalda con su presencia. Más de cuatro mil almas con colorido blanco y celeste esperan desde muy temprano el inicio del encuentro. Boca es, como viene ocurriendo desde hace rato, la gran incógnita, nadie sabe nada de los dirigidos por Santiago Rapalín, pero el comentario casi unánime en cada rincón de la ciudad es que “los pingüinos”, dicho hasta casi peyorativamente por los lugareños, vienen seguramente, a “colgarse” del travesaño.
Don Alejandro Juan, árbitro pampeano y designado para dirigir el encuentro, cumple a rajatabla con esto del horario y el partido comienza a las quince treinta, como estaba previsto. El arranque es para el local y apenas el hombre de negro pita el inicio la caprichosa “vuela” a campo xeneize. Con la vuelta de Carlos Muñoz en el fondo y suspendido Lucas Fernández, Damián Barrionuevo, aparece hoy por la banda izquierda en defensa. Mario Pérez, ocupa la plaza dejada por Diego Sandoval, tambien suspendido. El resto va igual. El carbonero, tiene al “pampa” Biaggio desde el arranque, la dupla central hoy la componen Guerrero y Giunta. Benítez por el lateral derecho y Barrientos por la banda izquierda con permiso permanente para subir en ataque. Como ha ocurrido en los últimos encuentros del xeneize, le vuelve a tomar diez minutos “entrar” en el partido.
Como el local está apurado y quiere festejar rapidito, plantea en el minuto tres una jugada por derecha en ataque que Maldonado rápidamente convierte en centro, la aparición de Biaggio a espaldas de los centrales es tan veloz como la jugada misma, pero a pesar que el “pampa” estampa de cabeza la caprichosa en el fondo de la red, Don Chicote, asistente de Don Alejandro Juan, levanta su bandera marcando posición adelantada de Claudio.
Y parecía necesario este susto para la visita, para que pusiera la pelota en campo contrario y Boca empezó a trepar en el terreno. D´Augero se volcaba del centro hacia la izquierda y Quiroga rotaba apareciéndo tanto por derecha como por izquierda. Guerrero y Giunta “atendían” a domicilio por lo que no extrañó que al menos uno, se llevara una amarilla, siendo Nahuel Guerrero el premiado por Don Juan..
Biaggio, empezó a naufragar solitario arriba y la marca de Olguín o Muñoz se lo devoraban, por lo que el “pampa” empezó a bajar algunos metros y poner todo su oficio al servicio de Ferro, vendiendo e inventando una falta tras otra que Don Alejandro se complacía en cobrar… “Es el pampa...” habrá dicho para sus adentros el hombre de negro. Boca con un Lucas Ceballos demostrando un estado físico envidiable, aparecía por todos los sectores, luchaba, quitaba, ganaba y ya que estamos…jugaba, De sus pies y por derecha sale la jugada para que Márquez fuera el receptor y a no menos de veinticinco metros, le metió un “fierrazo” de zurda, la pelota revienta el travesaño ante la inútil estirada de Coronda, la pelota pega en su espalda y por poco, por muy poco no llega “pepegol” que se relamía por empujarla. Sobre el pucho nomás y de un ataque de Boca el central Guerrero le mete “pum” para arriba en clara seña de rechazar, casi desde su área, la pelota recorre toda la cancha va casi de arco a arco y encuentra a un Martínez que como su equipo atacaba había salido hasta afuera de su área y el pelotazo lo encontraba a contramano, Eduardo seguía la pelota con la vista mientras corría raudamente de espaldas a su arco, giró la cabeza para tener referencia de los tres palos y con su mano la levanta por sobre el travesaño, para el uhhhhhhh de la gente. Repuesto del susto, Boca vuelve a plantarse en el medio, Leandro Fernández y Márquez luchaban firme con el “Pulpo” Gargaglione y Maldonado en duelo parejo por ambos lados, Maxi Vera, salvo algunas pinceladas, perdía a manos de Manchafico y se iba desdibujando paulatinamente. Se va la primera parte, por derecha aparece José Manuel Quiroga, a la marca va Barrientos, se la muestra una, dos veces y a la tercera manda el centro pasado al área, dentro de las dieciocho aparece Márquez para meterla de cabeza al corazón de la zona caliente, pero la mano de Guerrero, obliga, por ser muy evidente, al árbitro del partido a marcar la pena máxima y expulsar por doble amarilla al central carbonero. Víctor Manchafico y su derecha buscan el poste diestro de Coronda, pero Marcos adivina la intención se estira cuan largo es, impidiendo la caída de su arco. Fue quizás la dosis de “ánimo” que le puso a sus compañeros, porque sobre la marcha, un cabezazo del Pampa pega en el travesaño, el rebote lo toma el mismo Claudio y de derecha la quiere embocar adentro, una pierna salvadora y luego un rechazo de Martínez confirman al pitazo de Alejandro Juan que el partido se va al descanso con un cero a cero. La complementaria va con cambio de arranque, la localía obliga a su técnico a poner un punta por el enganche, afuera Vera adentro Diego Córdoba y el recién ingresado casi factura de entrada de no ser por la mano derecha de Eduardo Martínez que ahoga el grito del carbonero, pero fue simplemente esa, la única que tuvo el local en toda la complementaria, Boca también tuvo pocas, pero el terreno fue casi una exclusividad, mi sorpresa realmente fue la de ver a un Ferro, que se desplomaba físicamente las piernas no le respondían a medida que pasaban los minutos, el mejor reflejo era Barrientos, que al arranque del encuentro era, vivas, ágil y ligero y ahora aparecía, cansino sin respuestas, casi un zombi deambulando por el campo de juego.
Biaggio a esta altura era solo un manojo de voluntad y oficio nada más.
Giunta en el fondo “reventaba” la pelota a cualquier parte, Si bien Boca no era profundo estaba entero físicamente, Ceballos o Márquez no paraban de subir y bajar. La euforia y algarabía puesta de manifiesto por el público local en el inicio, contrastaba totalmente con el final del partido viendo a su equipo superado por un Boca RG que había sido una incógnita hasta su llegada, pero ya no lo era en su partida.
Sin conocer a un rival, es “jodido” presumir o asegurar que va a venir a “colgarse” del travesaño. “Los Pingüinos” como les decían acá a este Boca, se llevan un punto valioso que hasta pudieron ser tres de no ser por Coronda, el fútbol de Santa Cruz es evidente a crecido, con refuerzos, es cierto, pero también con jugadores del medio. El próximo fin de semana vuelven a medirse en Defensores, donde Boca aun no sabe de derrotas, como también es cierto que Ferro no sabe lo que es perder de visitante, las chances son las mismas para ambos y ambos juegan con la posibilidad que les da estar entre los mejores ocho del país, que quien pierda no quedará eliminado ya que tendrá la posibilidad de un repechaje. Me voy del estadio Domingo Colazurdo, veo gente con fastidio y hasta una mezcla de resignación, es claro que molesta y no es digerible que un equipo de tan “abajo” de tan al sur, venga, te empate y casi te gane… Será que acá todavía creen eso de que el país se termina en la General Paz ???.. Que ilusos muchachos..cambia..todo cambia, Mientras tanto, Boca, en silencio sigue marcando historia
Más de dos mil trescientos kilómetros ha recorrido Boca para llegar al corazón de la provincia de Buenos Aires. Olavarría es el lugar y Ferro de esta ciudad el rival.
Los medios locales han dado muchísima cobertura al encuentro, el albiceleste está haciendo historia y por consecuencia lógica entusiasma, ilusiona y el público lo respalda con su presencia. Más de cuatro mil almas con colorido blanco y celeste esperan desde muy temprano el inicio del encuentro. Boca es, como viene ocurriendo desde hace rato, la gran incógnita, nadie sabe nada de los dirigidos por Santiago Rapalín, pero el comentario casi unánime en cada rincón de la ciudad es que “los pingüinos”, dicho hasta casi peyorativamente por los lugareños, vienen seguramente, a “colgarse” del travesaño.
Don Alejandro Juan, árbitro pampeano y designado para dirigir el encuentro, cumple a rajatabla con esto del horario y el partido comienza a las quince treinta, como estaba previsto. El arranque es para el local y apenas el hombre de negro pita el inicio la caprichosa “vuela” a campo xeneize. Con la vuelta de Carlos Muñoz en el fondo y suspendido Lucas Fernández, Damián Barrionuevo, aparece hoy por la banda izquierda en defensa. Mario Pérez, ocupa la plaza dejada por Diego Sandoval, tambien suspendido. El resto va igual. El carbonero, tiene al “pampa” Biaggio desde el arranque, la dupla central hoy la componen Guerrero y Giunta. Benítez por el lateral derecho y Barrientos por la banda izquierda con permiso permanente para subir en ataque. Como ha ocurrido en los últimos encuentros del xeneize, le vuelve a tomar diez minutos “entrar” en el partido.
Como el local está apurado y quiere festejar rapidito, plantea en el minuto tres una jugada por derecha en ataque que Maldonado rápidamente convierte en centro, la aparición de Biaggio a espaldas de los centrales es tan veloz como la jugada misma, pero a pesar que el “pampa” estampa de cabeza la caprichosa en el fondo de la red, Don Chicote, asistente de Don Alejandro Juan, levanta su bandera marcando posición adelantada de Claudio.
Y parecía necesario este susto para la visita, para que pusiera la pelota en campo contrario y Boca empezó a trepar en el terreno. D´Augero se volcaba del centro hacia la izquierda y Quiroga rotaba apareciéndo tanto por derecha como por izquierda. Guerrero y Giunta “atendían” a domicilio por lo que no extrañó que al menos uno, se llevara una amarilla, siendo Nahuel Guerrero el premiado por Don Juan..
Biaggio, empezó a naufragar solitario arriba y la marca de Olguín o Muñoz se lo devoraban, por lo que el “pampa” empezó a bajar algunos metros y poner todo su oficio al servicio de Ferro, vendiendo e inventando una falta tras otra que Don Alejandro se complacía en cobrar… “Es el pampa...” habrá dicho para sus adentros el hombre de negro. Boca con un Lucas Ceballos demostrando un estado físico envidiable, aparecía por todos los sectores, luchaba, quitaba, ganaba y ya que estamos…jugaba, De sus pies y por derecha sale la jugada para que Márquez fuera el receptor y a no menos de veinticinco metros, le metió un “fierrazo” de zurda, la pelota revienta el travesaño ante la inútil estirada de Coronda, la pelota pega en su espalda y por poco, por muy poco no llega “pepegol” que se relamía por empujarla. Sobre el pucho nomás y de un ataque de Boca el central Guerrero le mete “pum” para arriba en clara seña de rechazar, casi desde su área, la pelota recorre toda la cancha va casi de arco a arco y encuentra a un Martínez que como su equipo atacaba había salido hasta afuera de su área y el pelotazo lo encontraba a contramano, Eduardo seguía la pelota con la vista mientras corría raudamente de espaldas a su arco, giró la cabeza para tener referencia de los tres palos y con su mano la levanta por sobre el travesaño, para el uhhhhhhh de la gente. Repuesto del susto, Boca vuelve a plantarse en el medio, Leandro Fernández y Márquez luchaban firme con el “Pulpo” Gargaglione y Maldonado en duelo parejo por ambos lados, Maxi Vera, salvo algunas pinceladas, perdía a manos de Manchafico y se iba desdibujando paulatinamente. Se va la primera parte, por derecha aparece José Manuel Quiroga, a la marca va Barrientos, se la muestra una, dos veces y a la tercera manda el centro pasado al área, dentro de las dieciocho aparece Márquez para meterla de cabeza al corazón de la zona caliente, pero la mano de Guerrero, obliga, por ser muy evidente, al árbitro del partido a marcar la pena máxima y expulsar por doble amarilla al central carbonero. Víctor Manchafico y su derecha buscan el poste diestro de Coronda, pero Marcos adivina la intención se estira cuan largo es, impidiendo la caída de su arco. Fue quizás la dosis de “ánimo” que le puso a sus compañeros, porque sobre la marcha, un cabezazo del Pampa pega en el travesaño, el rebote lo toma el mismo Claudio y de derecha la quiere embocar adentro, una pierna salvadora y luego un rechazo de Martínez confirman al pitazo de Alejandro Juan que el partido se va al descanso con un cero a cero. La complementaria va con cambio de arranque, la localía obliga a su técnico a poner un punta por el enganche, afuera Vera adentro Diego Córdoba y el recién ingresado casi factura de entrada de no ser por la mano derecha de Eduardo Martínez que ahoga el grito del carbonero, pero fue simplemente esa, la única que tuvo el local en toda la complementaria, Boca también tuvo pocas, pero el terreno fue casi una exclusividad, mi sorpresa realmente fue la de ver a un Ferro, que se desplomaba físicamente las piernas no le respondían a medida que pasaban los minutos, el mejor reflejo era Barrientos, que al arranque del encuentro era, vivas, ágil y ligero y ahora aparecía, cansino sin respuestas, casi un zombi deambulando por el campo de juego.
Biaggio a esta altura era solo un manojo de voluntad y oficio nada más.
Giunta en el fondo “reventaba” la pelota a cualquier parte, Si bien Boca no era profundo estaba entero físicamente, Ceballos o Márquez no paraban de subir y bajar. La euforia y algarabía puesta de manifiesto por el público local en el inicio, contrastaba totalmente con el final del partido viendo a su equipo superado por un Boca RG que había sido una incógnita hasta su llegada, pero ya no lo era en su partida.
Sin conocer a un rival, es “jodido” presumir o asegurar que va a venir a “colgarse” del travesaño. “Los Pingüinos” como les decían acá a este Boca, se llevan un punto valioso que hasta pudieron ser tres de no ser por Coronda, el fútbol de Santa Cruz es evidente a crecido, con refuerzos, es cierto, pero también con jugadores del medio. El próximo fin de semana vuelven a medirse en Defensores, donde Boca aun no sabe de derrotas, como también es cierto que Ferro no sabe lo que es perder de visitante, las chances son las mismas para ambos y ambos juegan con la posibilidad que les da estar entre los mejores ocho del país, que quien pierda no quedará eliminado ya que tendrá la posibilidad de un repechaje. Me voy del estadio Domingo Colazurdo, veo gente con fastidio y hasta una mezcla de resignación, es claro que molesta y no es digerible que un equipo de tan “abajo” de tan al sur, venga, te empate y casi te gane… Será que acá todavía creen eso de que el país se termina en la General Paz ???.. Que ilusos muchachos..cambia..todo cambia, Mientras tanto, Boca, en silencio sigue marcando historia