ARGENTINO B – DEPORTIVO MADRYN
Dos posturas. Dos visiones. ¿Cerca o lejos?, esa es la cuestión. Madryn jugó muy mal ante Boca, y si bien está a tres puntos del líder, también está lejanamente posicionado de ese equipo que quería edificarse como candidato. Y cuando quedan cuatro fechas para definir los dos puestos de clasificación, el plantel muestra su peor cara.
El Chubut
¿Es mejor que la muestre ahora, que todavía tiene tiempo para revertir?, ¿o puede ser el inicio de una caída libre que ni el más pesimista pronosticaba?. Sin lugar a dudas, el esquema, “a priori”, era arriesgado. Una línea de cuatro improvisada con hombres que pocas veces toman esa obligación tan cerca de Mulieri, y el bajo rendimiento de los que “habitualmente” juegan bien, terminaron de preparar un combo explosivo en las aspiraciones aurinegras.
Del otro lado, un equipo ordenado, práctico y simple. Gambini, apretado contra las cuerdas en la semana por los malos resultados de Boca, planteó un esquema ideal, quizás el mejor que presentó el “xeneize” en estos seis partidos que van del certamen.
Y el resultado, fue más que obvio. Victoria cómoda, por 2-0. Sería hipócrita no mencionar que el visitante, sufrió en los primeros pasajes del encuentro. Porque allí se gestaron los mejores avances del local, pero la falta de puntería de Mansilla, y el increíble gol que perdió Nico López a puerta vacía, le dieron tranquilidad al elenco de Río Gallegos.
Para jugar en Neuquén, de visitante, condición en la que aún no se conoce una derrota en las filas de Jaime Giordanella, volverán al primer equipo tres piezas que eran claves, y que después del rendimiento del domingo, quedó claro, que son vitales para el 3-4-1-2 que propone el DT.
Se trata de la solidez defensiva de Omar Ríos y Leonardo Olave, que vuelven al primer equipo, y del carrilero Ignacio Ruiz. Mucho tendrá que trabajar el entrenador en la semana para despertar al equipo, que sacó 1 de los últimos 9 puntos en juego, y que perdió ya dos partidos seguidos en casa. Antes, era casi imposible que el visitante se lleve un empate del Coliseo, ahora, parece una utopía que Madryn, saque al menos un punto en su reducto.
De igual manera, el juego mostrado por Madryn fue malo en conjunto. Aquí no hay un culpable, o dos. Los once mostraron un nivel bajo. El único que puede llegar a salvarse es Juan Mulieri, y por una razón lógica. Nada tuvo para hacer en los dos goles de Boca.
Ahora, se viene Independiente. El equipo juega menos presionado de visitante, y puede llegar a seguir invicto lejos de casa si los jugadores responden al planteo de Giordanella, pero después, viene el plantel de Huracán de Comodoro Rivadavia al estadio madrynense, y créanme, que en casa, de aquí en adelante, solo hay dos resultados posibles: Ganar o ganar.
Dos posturas. Dos visiones. ¿Cerca o lejos?, esa es la cuestión. Madryn jugó muy mal ante Boca, y si bien está a tres puntos del líder, también está lejanamente posicionado de ese equipo que quería edificarse como candidato. Y cuando quedan cuatro fechas para definir los dos puestos de clasificación, el plantel muestra su peor cara.
El Chubut
¿Es mejor que la muestre ahora, que todavía tiene tiempo para revertir?, ¿o puede ser el inicio de una caída libre que ni el más pesimista pronosticaba?. Sin lugar a dudas, el esquema, “a priori”, era arriesgado. Una línea de cuatro improvisada con hombres que pocas veces toman esa obligación tan cerca de Mulieri, y el bajo rendimiento de los que “habitualmente” juegan bien, terminaron de preparar un combo explosivo en las aspiraciones aurinegras.
Del otro lado, un equipo ordenado, práctico y simple. Gambini, apretado contra las cuerdas en la semana por los malos resultados de Boca, planteó un esquema ideal, quizás el mejor que presentó el “xeneize” en estos seis partidos que van del certamen.
Y el resultado, fue más que obvio. Victoria cómoda, por 2-0. Sería hipócrita no mencionar que el visitante, sufrió en los primeros pasajes del encuentro. Porque allí se gestaron los mejores avances del local, pero la falta de puntería de Mansilla, y el increíble gol que perdió Nico López a puerta vacía, le dieron tranquilidad al elenco de Río Gallegos.
Para jugar en Neuquén, de visitante, condición en la que aún no se conoce una derrota en las filas de Jaime Giordanella, volverán al primer equipo tres piezas que eran claves, y que después del rendimiento del domingo, quedó claro, que son vitales para el 3-4-1-2 que propone el DT.
Se trata de la solidez defensiva de Omar Ríos y Leonardo Olave, que vuelven al primer equipo, y del carrilero Ignacio Ruiz. Mucho tendrá que trabajar el entrenador en la semana para despertar al equipo, que sacó 1 de los últimos 9 puntos en juego, y que perdió ya dos partidos seguidos en casa. Antes, era casi imposible que el visitante se lleve un empate del Coliseo, ahora, parece una utopía que Madryn, saque al menos un punto en su reducto.
De igual manera, el juego mostrado por Madryn fue malo en conjunto. Aquí no hay un culpable, o dos. Los once mostraron un nivel bajo. El único que puede llegar a salvarse es Juan Mulieri, y por una razón lógica. Nada tuvo para hacer en los dos goles de Boca.
Ahora, se viene Independiente. El equipo juega menos presionado de visitante, y puede llegar a seguir invicto lejos de casa si los jugadores responden al planteo de Giordanella, pero después, viene el plantel de Huracán de Comodoro Rivadavia al estadio madrynense, y créanme, que en casa, de aquí en adelante, solo hay dos resultados posibles: Ganar o ganar.