20 julio 2007

Adios Maestro

El escritor y humorista Roberto Fontanarrosa murió ayer a los 62 de un paro cardíaco en su querido Rosario, después de años de sufrir de una rara enfermedad neurológica y degenerativa que en los últimos meses lo había obligado a dejar de dibujar.

Según fuentes del Sanatorio Centro de Rosario, Fontanarrosa ingresó poco antes de las 14 con un cuadro de insuficiencia respiratoria severa, por lo que se iniciaron maniobras de soporte habituales, tras lo cual falleció cerca de las 15, informó en su versión web el diario La Capital, de esa ciudad.
Hace 4 años los médicos le habían diagnosticado esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad neurológica que lo llevó a movilizarse en silla de ruedas desde mediados de 2005.
En enero de este año, mediante una carta en la revista Viva del diario Clarín, anunció que dejaba de dibujar sus historietas ante la imposibilidad de controlar su mano derecha a causa de la enfermedad. También aclaró que seguiría escribiendo los guiones de sus personajes.
Sus restos fueron velados en la Cochería Bassi, ubicada en Salta 3070, de Rosario. Según algunas fuentes, la intendencia de esa ciudad santafesina habría ofrecido realizar el velatorio en el Palacio Municipal, pero la familia resolvió que sea en esa cochería. A la vez, solicitó a los amigos y admiradores que no enviaran flores y que ese dinero sea donado.

Su vida y obra
Fontanarrosa fue uno de los escritores más populares y queridos por los lectores argentinos, no sólo por su obra como humorista en distintos medios gráficos, sino también por su genial obra como cuentista y novelista.
Nacido en Rosario en 1944, el hincha ferviente de Rosario Central, supo consagrarse como uno de los mejores humoristas. Filoso e irónico en cada chorro de tinta plasmado en papel desde chico supo sin titubeos que lo suyo eran las historietas.

Comenzó copiando personajes ajenos para luego crear los propios. “Boogie, el aceitoso”, “Tadea y sus hijos” e “Inodoro Pereyra” son algunos de los tantos que lo llevaron a la consagración. Su devoción por las historietas lo llevó a iniciar el curso de los "12 Famosos Artistas" que la Escuela Panamericana de Arte dictaba por correspondencia.
Su interés por lo creativo fue cada vez más fuerte. No así, por las materias duras ya que luego de repetir tercer año abandonó el secundario.
“No siento ninguna frustración por haber abandonado: al fin de cuentas soy un precursor de la deserción escolar. De esos días, el único recuerdo agradable que se conserva es el de los días miércoles al mediodía que salía del colegio para comprar en el kiosco "Hora Cero". La revista, fundada por Héctor Germán Oesterheld, es considerada un hito de la historieta”, declaró en su momento.
De esta forma en 1962, “el Negro” viajó a Buenos Aires por primera vez en busca de su primer trabajo. Sin embargo, su sueño se vio frustrado. La editorial Columba le había prometido un guión que nunca se concretó de modo tal que tuvo que volverse a Rosario.
Al año siguiente comenzó a trabajar, muy a su pesar, en la agencia de publicidad de Roberto Reyna en la que le iba muy bien.
En 1968 -el año del Mayo francés, del asesinato de Martin Luther King y durante la dictadura de Juan Carlos Onganía- Fontanarrosa publicó su primer chiste: un policía que mostraba su bastón manchado de rojo-sangre y decía " no hay ninguna duda, eran comunistas". El trabajo -que recuerda al "palito de abollar ideologías" de Mafalda dibujado más o menos para la misma época- apareció en la revista rosarina "Boom".
Esta revista había convocado al dibujante para ilustrar las tapas serias en color y a falta de alguien que hiciera la página de humor, la dejaron también en sus manos.
En 1971, publicó su primer libro: "19 de septiembre de 1971", que fue incluido en “Nada del otro mundo”, la compilación que Ediciones de la Flor publicó en el 88. El mismo estaba dedicado a la gloriosa jornada futbolística en la que Rosario Central salía campeón por primera vez.
Ese mismo año, y ya dejando sentado su costado irónico, en pleno auge de la era James Bond, Fontanarrosa creó una parodia del agente secreto de la que sólo se publicaron algunos capítulos en la revista rosarina "Tinta". Boogie, el aceitoso, era el personaje.
Este, al igual que Inodoro Pereyra, también pasó por las páginas de la revista cordobesa de humor “Hortensia” que tuvo una tirada de más de 100 mil ejemplares por número.
A fines del 72 apareció también "Satiricón", donde el humorista publicó unas historietas basadas en cuentos de Borges, en películas o en best-sellers famosos. A partir de entonces, aparecieron tomos humorísticos suyos sobre casi todos los temas.
Al año siguiente Fontanarrosa se incorporó de la mano de Caloi a “Clarín” en donde, luego de pasar por varias secciones, se asentó en la revista “Viva” mientras que simultáneamente colaboró en “Satiricón” por un tiempo.
En ese mismo año, Ediciones de la Flor publicó la primera compilación de las aventuras de “Inodoro Pereyra”.Un poco más tarde “Boggie” correría la misma suerte. Para entonces el bar "El Cairo", en Rosario, se había transformado ya en el sitio de encuentro de la "Mesa de los galanes", después inmortalizada en uno de los libros del humorista: “Una veintena de hombres se reúnen todas las tardes y lo fantástico es que no se habla de nada importante, es la insoportable levedad de la conversación”, contó el propio escritor en su momento.
En 1979 Boogie se publicó en el quincenario "Humor Registrado”. En su larga y violenta vida, la historieta se publicó también en el semanario "La Maga" y en publicaciones mexicanas y colombianas.
En 1980 Fontanarrosa comenzó a colaborar en la elaboración de los espectáculos de Les Luthiers. Y al año siguiente, la Editorial Pomaire publicó “Best Seller”, novela inicial de Fontanarrosa.
En 1982 se publicó su primer relato “El mundo ha vivido equivocado”. A él le siguieron “No sé si he sido claro”, “Nada del otro mundo”, “Uno nunca sabe”, “El mayor de mis defectos” y “La mesa de los galanes”, entre otras compilaciones de relatos.
En 1984 nació “Fierro” una revista de historietas que demostró que el género había perdido la ingenuidad inicial para la cual Fontanarrosa colaboró con sus “Semblanzas deportivas” así como con las aventuras de “Sperman”, un donante de esperma.
Lo cierto es que a lo largo de su carrera realizó tomos humorísticos sobre casi todos los temas: el fútbol, el sexo, el fútbol, la política, el sexo, la cultura, el fútbol....con la habilidad inigualable de plasmar la cotidianeidad en el papel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Estás triste y querés suicidarte?

Roberto Fontanarrosa te da una mano amiga.

En http://robertofontanarrosa.blogspot.com/ están sus mejores consejos:

cómo suicidarse con éxito y morir en el intento.

¡Y dejá de sufrir!