05 marzo 2007

Señor, Ten Piedad de Nosotros.

Quien quiere hablar del tiempo?, cuando uno solo pretende despuntar este vicio que es el fútbol, pero a veces me olvido que esto es patagonia pura y aquí uno depende de los caprichos del clima. Y uno deja Febrero con la esperanza de un Marzo mejor, pero parece que ante el rezo de no mas viento por favor ... por ahí se me escapó y dije “prefiero la lluvia” Y el de arriba, que de sordo nada tiene, tiró llovizna el sábado, pero el domingo se le fue la mano y casi nos inunda. A Defensores, no, me dijeron, jornada suspendida, a Boxing, si, por eso del estado del campo, que no cabe duda no hay con que darle. Cuando llegaba, promediaba, lo que sería en el norte el preliminar, con un partido de divisiones menores por el torneo oficial. Después, casi pegadito, si, los muchachos de Boca y Tío Sam rumbo a la cancha. A los xeneizes ya los tengo visto, a los de Pablo Valencio, solo los vi en una ocasión.

Arrancaron con las luces ya encendidas piso mojado pero sin lluvia, y fue la visita quien arrancó un poquito mejor, nada exagerado, pero un poco más prolijo sobre todo en mitad de cancha, de donde se supone se genera el fútbol. Boca muy tranquilo, esperaba, y cuando Ariel Pérez empezó a capturar la pelota, se cambiaron de terreno y el azul y rojo empezó a retroceder. Miguel Rivera empezó a ser el receptor de casi todas las que rondaban por su sector y empezó a cruzar de derecha a izquierda o del centro a la derecha, no se repetía, y demuestra que calidad le sobra, así dejó dos veces cara mano a mano a Mauricio Serón ante Ricardo Podestá, el arquero de la visera invertida. Y la lluvia que volvía con la idea de no irse, empezó a ponerse rápido la cancha y los jugadores en sus resbalones, no podían hacer pie correctamente por lo que sin haber juego brusco, los roces se empezaron a notar. Cerca de mitad del juego, un tiro casi de carambola, da en la espalda de Satz para desviar una pelota que se iba afuera, y la pone adentro del arco. Tan casual fue, que más que festejar quería saber quien le había pegado el pelotazo.
Pero la cosa estaba uno a cero. Y dos minutos más tarde el mismo jugador entrando por derecha, la pone con esa pierna , abajo ante la salida de Podestá, para poner dos a cero a favor de Boca. A esta altura los autos tenían motores en marcha con limpiaparabrisas a full, porque sino, era imposible ver. La lluvia ya era torrencial.
Así se fueron a vestuarios, y para los segundos cuarenta y cinco, lo que uno preveía sería un baile a toda orquesta por parte del xeneize, se convirtió en un resucitar de Tío Sam, que para sorpresa de muchos, se empezó a llevar por delante a Boca, y para sorpresa de todos, con buen fútbol. Cambios de por medio, que influyeron, Un rubio de apellido Mondaca, entró con toda la furia, pero entiéndase bien, con muchas ganas de jugar y eso sumado a la subida como centro atacante de David Sosa, lo pusieron a Tío Sam bien cerca del arco de Echave, tanto fue así que Sosa es derribado dentro del área para que Artigas, sin dudarlo (Nadie dudó en verdad) diera la máxima sanción. Cancha mojada, dos a cero abajo, que podes hacer? Apunta al medio y cerrá los ojos, no hay otra, y creo así pensó Diego Guerrero, que sacó un zapatazo al centro del arco para cambiar el marcador y decir dos por uno. Párrafo aparte, después que alguien le cuente a Maldonado como fue el gol, porque en cuclillas en mitad de campo miraba a su propio arco, esperando el grito de gol y lo festejó así de espaldas. Cosas lindas del fútbol!!.A diez del final, en una falla del central boquense queda mano a mano un atacante de Tío Sam y cuando Echave esbozaba una salida le pegó fuerte rebote, palo y se salvó Boca. Barcia que había entrado de refresco en Boca, tuvo un par interesantes, pero no pudo concretar, ya en los último momentos con descuento incluido los muchachos de Valencio, buscaron heroicamente, tratando de aprovechar la ventaja numérica por la expulsión de Ariel Pérez, pero no pudo ser. Mientas me iba en el coche por el barro, entraban El Puerto y Boxing para cerrar la jornada, ojalá la lluvia se apiade de ellos, pensé, mientras mi limpiaparabrisas de un lado a otro me decía “NO”.

Por Imparcial desde Río Gallegos

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