Abrazo a la distancia
Martín Viñuales

Cuenta la leyenda, que hace más de medio siglo un equipo de casaca verde y blanca decidió hacerle frente a los gigantes del fútbol argentino y llegar a lo más alto del Campeonato de la Asociación del Fútbol Argentino.
Aquel humilde equipo del año '51, por las circunstancias que todos conocemos, no salió campeón de ese torneo, pero será recordado de por vida por cualquier mortal que peine canas como un conjunto de verdaderos héroes.
Esta referencia, tal vez haya servido de inspiración para que un puñado de entusiastas deportistas unificara sus fuerzas agrupándose con un único fin: lograr una recompensa acorde con el esfuerzo que estaban realizando.
La hinchada local también le puso el pecho a la situación, a pesar de la enorme distancia que separa las ciudades de Puerto Deseado y Caleta Olivia, por eso emprendió cada traslado para jugar de local como una nueva aventura en la geografía inmensa de la Patagonia Argentina.
Por suerte, entre todos los actores se pudo conseguir el objetivo propuesto, por eso el orgullo del pueblo banfileño en su totalidad, que se encontró de repente con que a más de 2100 kilómetros de distancia, habitaba un hermano menor decidido a salir a las canchas para darle pelea a quien se atravesara en su camino.
Los que conocemos acerca de los avatares de este deporte, sabemos que hay momentos buenos y malos en él, por eso somos concientes de que se repondrán pronto de la eliminación del Argentino y que nuevamente el año próximo nos darán una nueva alegría defendiendo los mismos colores que defendemos nosotros a la distancia.
Ahí estaremos nuevamente, para hacer fuerza otra vez desde tierras lejanas porque nacimos para vivir el fútbol en verde y blanco y su fiesta es de todos los banfileños, es de ustedes, es mía, es nuestra.
Rodolfo Morel.
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