TORNEO DEL INTERIOR 2009
Boca RGL y el Deportivo Patagones igualaron sin tantos en el primer encuentro jugado en el Defensores del Carmen, donde el xeneize hace las veces de local. El público se hizo presente en gran número a pesar de que el clima no acompañó. El viento fue el principal protagonista de la tarde, perjudicando a ambos equipos por igual. Si bien Boca, puntualmente en la segunda parte, fue más que el “tricolor” tuvo recién la situación más clara cuando moría el partido, donde un cabezazo de Raúl Becerra dio en el travesaño. En siete días se juega la revancha, recién ahí se sabrá quien de los dos estará entre los mejores ocho del país.
Texto: Alfredo Galvez.
Boca RGL y el Deportivo Patagones igualaron sin tantos en el primer encuentro jugado en el Defensores del Carmen, donde el xeneize hace las veces de local. El público se hizo presente en gran número a pesar de que el clima no acompañó. El viento fue el principal protagonista de la tarde, perjudicando a ambos equipos por igual. Si bien Boca, puntualmente en la segunda parte, fue más que el “tricolor” tuvo recién la situación más clara cuando moría el partido, donde un cabezazo de Raúl Becerra dio en el travesaño. En siete días se juega la revancha, recién ahí se sabrá quien de los dos estará entre los mejores ocho del país.
Texto: Alfredo Galvez.
Fotos: Romina Barrientos y La Quimera.
Cuando uno arriba al Defensores del Carmen, nota a un simple vistazo, el trabajo realizado durante la semana y terminado casi contra reloj, pero los resultados están acorde al esfuerzo realizado. La visita de Defensores de la Rivera, nos dejó la enseñanza de que hay cosas que cambiar y la dirigencia de Boca tomó rápidamente el toro por las astas, dijo manos a la obra y lo que había que mejorar se hizo. No somos “indios” ni “patoteros” como se nos quiso “pintar” por ahí. Y hoy, antes, durante y después del encuentro, el equipo del Deportivo Patagones puede dar fe de ello, vinieron, jugaron, empataron, festejaron su punto conseguido, y se fueron de la cancha y de Río Gallegos, sin ningún tipo de problema. Tal vez para algunos (Lástima que no seamos todos) nos ha dolido mucho, no poder viajar a Viedma con tres puntos en el bolsillo. Y le aseguro que mi humor no fue el de los mejores, una vez terminado el encuentro, porque yo, sin ser hincha de Boca, pero si del fútbol Santacruceño y en especial de mi ciudad, deseaba, anhelaba un triunfo. Boca lo intentó, lo buscó, pero esto es fútbol y a veces las cosas no se dan. Pero sabio es eso de que da revancha… solo habrá que esperar que dentro de siete días se pueda dar de visitante, porque no?? Si Boca ha ganado en Ushuaia, en Puerto Santa Cruz o en Gaiman. Tranquilamente puede hacerlo en Viedma. Sería una alegría muy grande, para mí, para algunos… que pena que esa alegría no sea para todos
Casi siete minutos pasaron de las tres de la tarde, cuando el Sr. Roberto De Lafuente, flanqueado por Jorge Burgos y Alfredo Pagani, hacían su ingreso al sintético de Defensores del Carmen. De los equipos, Boca, fue el primero en aparecer, previa “arenga” casi pisando el campo de juego. Bulliciosa como ya nos tiene acostumbrado la parcialidad local. La enorme cantidad de papelitos blancos, desaparecieron casi en un abrir y cerrar de ojos ya que el viento a esta altura estaba en pleno apogeo. El tricolor rápidamente puso pie adentro para comenzar el partido.
Se preveía un minuto de silencio en homenaje a un directivo del local, lo que se le pasó por alto al hombre oriundo de Comodoro Rivadavia y sin interrupción alguna se puso en marcha el encuentro. Fue el “tricolor” quien tomó la iniciativa, casi de movida, es más no habían pasado treinta segundos, cuando por derecha Denis Iogna ganaba por su franja y metía un centro rasante que ni la defensa de Boca, ni Santiago Donato pudieron interceptar.
Cuando uno arriba al Defensores del Carmen, nota a un simple vistazo, el trabajo realizado durante la semana y terminado casi contra reloj, pero los resultados están acorde al esfuerzo realizado. La visita de Defensores de la Rivera, nos dejó la enseñanza de que hay cosas que cambiar y la dirigencia de Boca tomó rápidamente el toro por las astas, dijo manos a la obra y lo que había que mejorar se hizo. No somos “indios” ni “patoteros” como se nos quiso “pintar” por ahí. Y hoy, antes, durante y después del encuentro, el equipo del Deportivo Patagones puede dar fe de ello, vinieron, jugaron, empataron, festejaron su punto conseguido, y se fueron de la cancha y de Río Gallegos, sin ningún tipo de problema. Tal vez para algunos (Lástima que no seamos todos) nos ha dolido mucho, no poder viajar a Viedma con tres puntos en el bolsillo. Y le aseguro que mi humor no fue el de los mejores, una vez terminado el encuentro, porque yo, sin ser hincha de Boca, pero si del fútbol Santacruceño y en especial de mi ciudad, deseaba, anhelaba un triunfo. Boca lo intentó, lo buscó, pero esto es fútbol y a veces las cosas no se dan. Pero sabio es eso de que da revancha… solo habrá que esperar que dentro de siete días se pueda dar de visitante, porque no?? Si Boca ha ganado en Ushuaia, en Puerto Santa Cruz o en Gaiman. Tranquilamente puede hacerlo en Viedma. Sería una alegría muy grande, para mí, para algunos… que pena que esa alegría no sea para todos
Casi siete minutos pasaron de las tres de la tarde, cuando el Sr. Roberto De Lafuente, flanqueado por Jorge Burgos y Alfredo Pagani, hacían su ingreso al sintético de Defensores del Carmen. De los equipos, Boca, fue el primero en aparecer, previa “arenga” casi pisando el campo de juego. Bulliciosa como ya nos tiene acostumbrado la parcialidad local. La enorme cantidad de papelitos blancos, desaparecieron casi en un abrir y cerrar de ojos ya que el viento a esta altura estaba en pleno apogeo. El tricolor rápidamente puso pie adentro para comenzar el partido.
Se preveía un minuto de silencio en homenaje a un directivo del local, lo que se le pasó por alto al hombre oriundo de Comodoro Rivadavia y sin interrupción alguna se puso en marcha el encuentro. Fue el “tricolor” quien tomó la iniciativa, casi de movida, es más no habían pasado treinta segundos, cuando por derecha Denis Iogna ganaba por su franja y metía un centro rasante que ni la defensa de Boca, ni Santiago Donato pudieron interceptar.
La idea de Jaime Devicenzi, el técnico visitante, parecía al menos en ese arranque, intentar tenerlo a Boca lo más lejos del arco de Alfredo Cellerino, el guardameta del Deportivo. Pero solo fue eso, un espejismo en la ventosa tarde de Gallegos. De ahí en más Boca comenzó a poner proa hacia el arco que daba en esta primera parte, hacia la ría local. La visita, planteaba jugar con marcas personales, por lo que era evidente, y hasta risueño, ver a Oscar Sosa, cuyo hombre asignado era el salteño Espeche, seguirlo cual si fuese una sombra por todos los sectores de la cancha por donde anduviera Fabián. D´Augero tenía sobre sus espaldas al central Sandoval y Germán, obedeció a rajatabla la orden de marcar al “nueve” xeneize. Marín, Rivera y el “Pepo” Morel ahogaban en la mitad de la cancha y Leandro Fernández, Flavio Márquez y Diego Sandoval sentían esa presión, por lo que la lucha por la zona media era tan fuerte, como fuerte era el viento que hacía de las suyas, y mandaba de diez pelotas que ambos equipos intentaran jugar, al menos nueve, al lateral y digo lateral, porque la banda derecha de ataque de Boca o izquierda del Deportivo como Ud. prefiera, se convirtió en un monólogo de incontables laterales. Manchafico por el lado xeneize y Cristian Sosa por el lado de la visita se fueron al descanso con más cansancio en sus manos y brazos que en sus piernas, porque ellos eran los encargados de esos saques de banda.
Poco, muy poco ofrecían ambos equipos por el juego, pero la gente de alguna forma entendía los motivos. En el “Depo” el despliegue de Juan Cruz Cúneo era a las claras y por lejos lo mejorcito de la visita. El “ruso” intentaba por todos los medios, acoplarse con Donato o Iogna, pero tanto Santiago como Denis, era absorbidos por la marca de Manchafico, Damián Barrionuevo o Jorge Olguín, hasta ahí llegaba el “amor” de la visita. Por Boca la presencia de José Manuel Quiroga por derecha, era el punto a resolver, porque Pepegol, marcaba la diferencia y de sus pies nacieron los centros más claros que Ariel o Espeche, no pudieron concretar.La banda izquierda , de tres cuartos hacia arriba eran posesión de Lucas Fernández, y ganándole las espaldas a Marín o Rivera, Lucas tuvo la ocasión de un par de centros desde la izquierda y de uno o dos tiros de larga distancia, que se fueron muy lejos del horizontal.
Se cerraba la primera parte con un cero que solo se ajustaba a la realidad de lo que ambos estoicamente habían hecho y pugnado contra el Sr. viento, hasta hora la figura de la cancha.
Mientras muchos se degustaban un buen “chori” yo con mis flacos bolsillos, solo puse énfasis en mi eterno cigarrillo, en ese lapso pensaba que se podía esperar de los segundos cuarenta y cinco minutos. El negocio del Deportivo, estaba en el empate, eso era evidente, una cosa era haber escuchado o leído algún comentario de este equipo por sus “hazañas” en los último encuentros, la sensación que me dejaba en esta primera parte, era muy pobre, pero bueno es reconocer y con la idea de no mentirme a mi mismo, que el xeneize, en esta fracción, había sido una sombra de los muchos partidos que le he visto jugar. No terminaba de acomodar mis ideas, cuando Don Delafuente llevaba su silbato a la boca y pitaba el comienzo de los que seguramente sería unos sufridos cuarenta y cinco minutos finales. Volvió a tomar la posta como en la etapa anterior, la visita, y de nuevo a Boca le costó no menos de diez minutos, quitarle el mando al tricolor, y poner sus “fichas” en campo rival. Espeche, aparecía ahora bien abierto por derecha, y “allá vamos” le retrucaba Sosa que seguía en esto de no dejarlo ni a sol ni a sombra, es más, a veces se juntaba con su otro marcador, Cristian Sosa, que circulaba por ese lado, pero poco le importaba a Oscar “Jaime me mandó macho…yo solo cumplo órdenes”. Y vaya si cumplió, que obligó al cambio de Becerra por Fabián. Es sabido que Raúl es más hombre de área, por lo que quedaba por las claras que Boca quería tener mayor presencia dentro del rectángulo de las dieciocho de Alfredo Cellerino.
Leandro, peleado con la “bola” cambiaba futbol por entrega, calidad por garra. Márquez, hombre de juego prolijo y salida clara desde el medio, hoy se equivocaba más de las que acertaba, pero jamás bajaba los brazos, intentaba una y otra vez, o mejor dicho, intentaba siempre. Con Paco Sandoval y Escobar en la cancha, Boca ponía todo en ataque y sin brillar, pero con mucho espíritu, empezaba a “arriar” al “Depo” contra su área. Los cuatro del fondo, que jamás supieron lo que era llegar a la mitad del campo, ahora estaban más cerca que nunca de Cellerino. Cada pelota o cada lateral a favor del “tricolor” sumaban minutos que arrimaban a su objetivo “el cero a cero”. Los tiros de esquinas de la segunda etapa sumaban diez para Boca, y los centros llegaban unos tras otros, pero no caían nunca en una cabeza boquense, o llegaban los puños salvadores del arquero, o la pelota pasaba alta, altísima, hasta perderse en la nada. ¿Como calcular un centro con el viento que había??? Imposible, créame que es imposible. Boca de vuelta al ataque, D´Augero por derecha, dentro del área y de espaldas a su marcador, le tocan el pie de apoyo, es penal, que De La Fuente desestima, en lo que me parece fue su único error del partido, o al menos el más notorio. Cinco de descuento en las manos de Don Roberto, y Boca va…Y si tenemos “altos” vamos por ellos…Centro desde la izquierda, se eleva dentro del área Becerra, el “Bombardero” le mete un frentazo, la gente, pegada al alambrado prepara el grito de gol, pero el horizontal esta vez está del lado de Cellerino, el rebote queda cerca, todos buscan, unos para sacarla bien lejos, otros para meterla. Los rebotes, otra vez están del lado de la visita y el saque de arco uno intuye, es la última bola de la tarde. Las manos hacia el cielo de De Lafuente, marcando el final, le dan una tibia alegría a la visita, tibia porque si bien es cierto se llevan un punto más que importante, saben que en siete días se vuelven a encontrar, que la revancha pude ser para cualquiera. Que ellos han mordido el polvo de la derrota alguna vez en su cancha y que Boca ha degustado de las mieles del éxito de visitante. El resultado está abierto, hagan apuestas señores…Por ahora y hasta dentro de siete días para la alegría de todos…perdón de algunos… Todo está como al principio.
Poco, muy poco ofrecían ambos equipos por el juego, pero la gente de alguna forma entendía los motivos. En el “Depo” el despliegue de Juan Cruz Cúneo era a las claras y por lejos lo mejorcito de la visita. El “ruso” intentaba por todos los medios, acoplarse con Donato o Iogna, pero tanto Santiago como Denis, era absorbidos por la marca de Manchafico, Damián Barrionuevo o Jorge Olguín, hasta ahí llegaba el “amor” de la visita. Por Boca la presencia de José Manuel Quiroga por derecha, era el punto a resolver, porque Pepegol, marcaba la diferencia y de sus pies nacieron los centros más claros que Ariel o Espeche, no pudieron concretar.La banda izquierda , de tres cuartos hacia arriba eran posesión de Lucas Fernández, y ganándole las espaldas a Marín o Rivera, Lucas tuvo la ocasión de un par de centros desde la izquierda y de uno o dos tiros de larga distancia, que se fueron muy lejos del horizontal.
Se cerraba la primera parte con un cero que solo se ajustaba a la realidad de lo que ambos estoicamente habían hecho y pugnado contra el Sr. viento, hasta hora la figura de la cancha.
Mientras muchos se degustaban un buen “chori” yo con mis flacos bolsillos, solo puse énfasis en mi eterno cigarrillo, en ese lapso pensaba que se podía esperar de los segundos cuarenta y cinco minutos. El negocio del Deportivo, estaba en el empate, eso era evidente, una cosa era haber escuchado o leído algún comentario de este equipo por sus “hazañas” en los último encuentros, la sensación que me dejaba en esta primera parte, era muy pobre, pero bueno es reconocer y con la idea de no mentirme a mi mismo, que el xeneize, en esta fracción, había sido una sombra de los muchos partidos que le he visto jugar. No terminaba de acomodar mis ideas, cuando Don Delafuente llevaba su silbato a la boca y pitaba el comienzo de los que seguramente sería unos sufridos cuarenta y cinco minutos finales. Volvió a tomar la posta como en la etapa anterior, la visita, y de nuevo a Boca le costó no menos de diez minutos, quitarle el mando al tricolor, y poner sus “fichas” en campo rival. Espeche, aparecía ahora bien abierto por derecha, y “allá vamos” le retrucaba Sosa que seguía en esto de no dejarlo ni a sol ni a sombra, es más, a veces se juntaba con su otro marcador, Cristian Sosa, que circulaba por ese lado, pero poco le importaba a Oscar “Jaime me mandó macho…yo solo cumplo órdenes”. Y vaya si cumplió, que obligó al cambio de Becerra por Fabián. Es sabido que Raúl es más hombre de área, por lo que quedaba por las claras que Boca quería tener mayor presencia dentro del rectángulo de las dieciocho de Alfredo Cellerino.
Leandro, peleado con la “bola” cambiaba futbol por entrega, calidad por garra. Márquez, hombre de juego prolijo y salida clara desde el medio, hoy se equivocaba más de las que acertaba, pero jamás bajaba los brazos, intentaba una y otra vez, o mejor dicho, intentaba siempre. Con Paco Sandoval y Escobar en la cancha, Boca ponía todo en ataque y sin brillar, pero con mucho espíritu, empezaba a “arriar” al “Depo” contra su área. Los cuatro del fondo, que jamás supieron lo que era llegar a la mitad del campo, ahora estaban más cerca que nunca de Cellerino. Cada pelota o cada lateral a favor del “tricolor” sumaban minutos que arrimaban a su objetivo “el cero a cero”. Los tiros de esquinas de la segunda etapa sumaban diez para Boca, y los centros llegaban unos tras otros, pero no caían nunca en una cabeza boquense, o llegaban los puños salvadores del arquero, o la pelota pasaba alta, altísima, hasta perderse en la nada. ¿Como calcular un centro con el viento que había??? Imposible, créame que es imposible. Boca de vuelta al ataque, D´Augero por derecha, dentro del área y de espaldas a su marcador, le tocan el pie de apoyo, es penal, que De La Fuente desestima, en lo que me parece fue su único error del partido, o al menos el más notorio. Cinco de descuento en las manos de Don Roberto, y Boca va…Y si tenemos “altos” vamos por ellos…Centro desde la izquierda, se eleva dentro del área Becerra, el “Bombardero” le mete un frentazo, la gente, pegada al alambrado prepara el grito de gol, pero el horizontal esta vez está del lado de Cellerino, el rebote queda cerca, todos buscan, unos para sacarla bien lejos, otros para meterla. Los rebotes, otra vez están del lado de la visita y el saque de arco uno intuye, es la última bola de la tarde. Las manos hacia el cielo de De Lafuente, marcando el final, le dan una tibia alegría a la visita, tibia porque si bien es cierto se llevan un punto más que importante, saben que en siete días se vuelven a encontrar, que la revancha pude ser para cualquiera. Que ellos han mordido el polvo de la derrota alguna vez en su cancha y que Boca ha degustado de las mieles del éxito de visitante. El resultado está abierto, hagan apuestas señores…Por ahora y hasta dentro de siete días para la alegría de todos…perdón de algunos… Todo está como al principio.