BOCA RIO GALLEGOS 3 vs HISPANO AMERICANO 1
Con un viento imposible, celestes y xeneizes disputaron en segundo turno su partido correspondiente a la última fecha del torneo Romualdo D´Andrea.en cancha de Defensores del Carmen. Boca presentó su plantel de cuarta división, ante un Hispano plagado de ausencias, por expulsiones, lesiones y otras yerbas, que hicieron que los muchachos dirigidos hoy por el Sr. San Pedro pusieran lo mejor de cada uno, pero no fue suficiente ante un equipo aguerrido y con pibes de muy buen pie, que no de casualidad se encuentra en el lote de punteros de su divisional. Ganó Boca y se quedó con el sueño de Hispano de entrar en la Liguilla.
Fotos: Héctor Mansilla.
Frío, lluvia, de a ratos sol, pero sobre todo viento, exagerado viento, que en cualquier otro lugar que no sea Santa Cruz y principalmente Río Gallegos, su hubiera dictaminado suspensión. Aquí no, aquí parece ser que la consigna (equivocadísima) es jugar como sea. Y así comenzó el partido cuando minutos pasados las cuatro de la tarde, el señor Eduardo Lugo, con su mano extendida y silbato en mano autorizaban el arranque.
Hispano que intenta atacar, pero ambos equipos saben que juegan contra el rival y su propia pulseada de tratar de que la redonda este dentro del rectángulo, el mayor tiempo posible. Cosa casi imposible de lograr, el viento cruzado, daba lugar a que la pelota estuviera más fuera del campo, que en los límites permitidos de juego.
Doce minutos, tiro libre en ataque para Boca, sector derecho, hasta allí va su capitán Dino Ocampo para meterle con zurda, efecto cero, si total el viento hace lo suyo.
Y efectivamente, el tiro de Dino, hace que el viento ponga a Boca uno a cero en el marcador ante un Podestá que no alcanza a comprender la extraña parábola que hace la número cinco, antes de ingresar en su arco.
Matías Insua y Lucas Gonzalo hacen estragos en la defensa hispanista, que obviamente al intentar plantarse en campo rival, se exponen a la contra y tanto Lucas como Matías, no solo están enchufados, sino que además le imprimen una velocidad enorme a cada uno de sus piques. Hispano fue, casi por inercia en busca del empate, Trejo bien tomado por González, debía tirarse a las puntas, pero cada vez se alejaba más del arco rival.
El viento solo le permitía a Hispano atacar por la banda izquierda, pero tanto Alejandro como Diego Andrada, extrañaban alguien que asistiera. Peicovich y Pagola se hacían dueño del medio campo y el celeste se encontraba partido en dos.
Peor aún cuando sobre los treinta y cinco de una contra, Lucas Gonzalo gana la espalda de los centrales y ante la salida de Podestá, le gana apenas con la punta de su botín para darle la dirección de gol, necesaria para su grito exultante, porque su Boca, estaba dos a cero en el marcador.
Así se fue la etapa, y así arrancaron la segunda, con un Hispano que veía amargamente como se le iba la posibilidad cierta de entrar en la liguilla.
El celeste cambió algunas fichas dentro de su esquema, debía jugarse a todo o nada cambiar cuchillazo por puñalada y entonces manda unos metros más arriba a Muñoz, deja a Freitas como ultimo hombre en cercanías aparece por las dudas Gentile, y entonces el celesta va, le cuesta una enormidad, porque Boca está atrincherado en el fondo, y espera la ocasión de desatar una contra en la velocidad de Lucas Gonzalo o Matías Insua. Minuto veintiséis, corajeada por derecha de Albino Galarza, pegadito a la raya final mete el centro, Miguel Muñoz, que aparece como un fantasma y de derecha pone las cosas dos a uno y le da el empuje a Hispano sumado a la emoción en la que gana el partido. Pero Boca no se amilana, en el fondo el “holandés” Jean Paúl Van Herden forma una muralla junto a Martín González, Achaval y Ocampo en las puntas hacen lo propio. Pagola que en la primera parte manejaban los hilos del xeneize junto a Juan Troncoso ahora le ponen el esfuerzo para parar a Hispano que domina, con poco fútbol, pero con una entrega enorme. Hispano ya ha liberado a su capitán Maidana para trepar por izquierda y Segura busca tapar esa salida, gana uno y gana otro casi sin sacarse diferencias. Centros o remates hacia el arco de Boca son ahora un reflejo de lo que es el partido, uno ataca y el otro aguanta, y el que aguanta espera su ocasión de contra, sabe interiormente que en algún momento se va a dar. Y a ocho del final se da.
Pase largo para Insua, Matías, gana la posición de Fretes, y pone proa hacia el arco rival, y aparece Lucas Gonzalo entre los dos tienen como objetivo el gol y tienen en Podestá, a quien puede impedir esa misión, y lo encaran, Ricardo sale apresurado, pierna derecha que llega antes que el buen arquero y la pelota lleva destino de gol, pero el viento, particular protagonista esta tarde, “frena” la pelota, y ahora?? Ahora estoy yo grita Leo Pagola, quien aparece de la nada, y con toque suave de derecha con el arco totalmente a su disposición da por tierras todas las esperanzas de Hispano, al poner el marcador tres a uno a favor de Boca.
El resto fue anecdótico, la frustración del celeste se apodera de algunos muchachos de Hispano y alguna pierna de más hacen que Eduardo Lugo, que había tenido “cero” tarjetas amarillas, empieza a mostrar una tras otra, y por dos del mismo color, se transforman en roja y se van Albino Galarza (Para mi gusto se “comió” la cancha por entrega, garra y corazón) y Lucas Gonzalo.
El pitazo de don Eduardo, desató la alegría de los “pibes” de Boca, y la tristeza de los muchachos de Hispano. Ganó Boca, principalmente por lo hecho en la primera parte, con chicos que jugaron sin presiones, dado que no tenían nada que perder por lo que jugaron al estilo “cara sucia”, al estilo potrero, Hispano deberá, llegado el caso replantearse los resultados de otros partidos que ya son historia, este no tiene nada que reprocharse, con muchísimas bajas, jugó a dientes apretados y con la garra necesaria que requieren estos partidos, pero sabido es que a veces con eso no alcanza.
Hispano que intenta atacar, pero ambos equipos saben que juegan contra el rival y su propia pulseada de tratar de que la redonda este dentro del rectángulo, el mayor tiempo posible. Cosa casi imposible de lograr, el viento cruzado, daba lugar a que la pelota estuviera más fuera del campo, que en los límites permitidos de juego.
Doce minutos, tiro libre en ataque para Boca, sector derecho, hasta allí va su capitán Dino Ocampo para meterle con zurda, efecto cero, si total el viento hace lo suyo.
Y efectivamente, el tiro de Dino, hace que el viento ponga a Boca uno a cero en el marcador ante un Podestá que no alcanza a comprender la extraña parábola que hace la número cinco, antes de ingresar en su arco.
Matías Insua y Lucas Gonzalo hacen estragos en la defensa hispanista, que obviamente al intentar plantarse en campo rival, se exponen a la contra y tanto Lucas como Matías, no solo están enchufados, sino que además le imprimen una velocidad enorme a cada uno de sus piques. Hispano fue, casi por inercia en busca del empate, Trejo bien tomado por González, debía tirarse a las puntas, pero cada vez se alejaba más del arco rival.
El viento solo le permitía a Hispano atacar por la banda izquierda, pero tanto Alejandro como Diego Andrada, extrañaban alguien que asistiera. Peicovich y Pagola se hacían dueño del medio campo y el celeste se encontraba partido en dos.
Peor aún cuando sobre los treinta y cinco de una contra, Lucas Gonzalo gana la espalda de los centrales y ante la salida de Podestá, le gana apenas con la punta de su botín para darle la dirección de gol, necesaria para su grito exultante, porque su Boca, estaba dos a cero en el marcador.
Así se fue la etapa, y así arrancaron la segunda, con un Hispano que veía amargamente como se le iba la posibilidad cierta de entrar en la liguilla.
El celeste cambió algunas fichas dentro de su esquema, debía jugarse a todo o nada cambiar cuchillazo por puñalada y entonces manda unos metros más arriba a Muñoz, deja a Freitas como ultimo hombre en cercanías aparece por las dudas Gentile, y entonces el celesta va, le cuesta una enormidad, porque Boca está atrincherado en el fondo, y espera la ocasión de desatar una contra en la velocidad de Lucas Gonzalo o Matías Insua. Minuto veintiséis, corajeada por derecha de Albino Galarza, pegadito a la raya final mete el centro, Miguel Muñoz, que aparece como un fantasma y de derecha pone las cosas dos a uno y le da el empuje a Hispano sumado a la emoción en la que gana el partido. Pero Boca no se amilana, en el fondo el “holandés” Jean Paúl Van Herden forma una muralla junto a Martín González, Achaval y Ocampo en las puntas hacen lo propio. Pagola que en la primera parte manejaban los hilos del xeneize junto a Juan Troncoso ahora le ponen el esfuerzo para parar a Hispano que domina, con poco fútbol, pero con una entrega enorme. Hispano ya ha liberado a su capitán Maidana para trepar por izquierda y Segura busca tapar esa salida, gana uno y gana otro casi sin sacarse diferencias. Centros o remates hacia el arco de Boca son ahora un reflejo de lo que es el partido, uno ataca y el otro aguanta, y el que aguanta espera su ocasión de contra, sabe interiormente que en algún momento se va a dar. Y a ocho del final se da.
Pase largo para Insua, Matías, gana la posición de Fretes, y pone proa hacia el arco rival, y aparece Lucas Gonzalo entre los dos tienen como objetivo el gol y tienen en Podestá, a quien puede impedir esa misión, y lo encaran, Ricardo sale apresurado, pierna derecha que llega antes que el buen arquero y la pelota lleva destino de gol, pero el viento, particular protagonista esta tarde, “frena” la pelota, y ahora?? Ahora estoy yo grita Leo Pagola, quien aparece de la nada, y con toque suave de derecha con el arco totalmente a su disposición da por tierras todas las esperanzas de Hispano, al poner el marcador tres a uno a favor de Boca.
El resto fue anecdótico, la frustración del celeste se apodera de algunos muchachos de Hispano y alguna pierna de más hacen que Eduardo Lugo, que había tenido “cero” tarjetas amarillas, empieza a mostrar una tras otra, y por dos del mismo color, se transforman en roja y se van Albino Galarza (Para mi gusto se “comió” la cancha por entrega, garra y corazón) y Lucas Gonzalo.
El pitazo de don Eduardo, desató la alegría de los “pibes” de Boca, y la tristeza de los muchachos de Hispano. Ganó Boca, principalmente por lo hecho en la primera parte, con chicos que jugaron sin presiones, dado que no tenían nada que perder por lo que jugaron al estilo “cara sucia”, al estilo potrero, Hispano deberá, llegado el caso replantearse los resultados de otros partidos que ya son historia, este no tiene nada que reprocharse, con muchísimas bajas, jugó a dientes apretados y con la garra necesaria que requieren estos partidos, pero sabido es que a veces con eso no alcanza.