INDEPENDIENTE 2 vs FERROCARRIL YCF 3
Independiente y Ferro jugaron en Defensores del Carmen un partido que si bien no tuvo alto vuelo futbolístico, fue altamente emotivo, sobre todo por lo hecho en la segunda parte. El diablo se fue al descanso dos a cero en su favor, pero los segundos cuarenta y cinco fueron de una corajeda y un amor propio de Ferro muy difícil de explicar y menos aun de escribir, se puso dos a dos y en su mejor momento se encontró con un penal en su contra que contuvo Cruz. A un minuto del final el Piojo Arias, selló la suerte de Independiente, que pudo quedarse con todo y se quedó sin nada. Seis expulsados e incontables amarillas en un partido por demás tranquilo, me eximen de todo comentario del paupérrimo arbitraje del Sr. José Velazco.
Arrancaron tarde, pero era entendible y hasta justificado. Es que El Cóndor había ganado por derecho propio su ingreso al Argentino “C” y no quería irse nunca del Defensores del Carmen. Azul para independiente, la amarilla y negra para Ferro, pero ambos unidos por el “color esperanza” de hacer las cosas bien y arrancar con el pie derecho en esta liguilla 2008.
Independiente toma la posta casi de inmediato, de la mano de Matías Bórquez que se plantó “de una” en la zona media y empezó a ganar todas por la zona del anillo central, y cuando digo “todas” no exagero ni mucho menos. Ferro con excepción de Mascareño y Filpe, el resto le costaba meterse en el partido. Entonces visto este panorama, Independiente empezó a meter al carbonero dentro de su área. Veintidós minutos Mauro Fuentealba sacando un lateral en ataque por izquierda, se la entrega a Victoria, Alessandro que intenta la gambeta y no prospera, sin embargo de su fallida gambeta, le queda a Mauro de vuelta, la pone en centro al área, en el corazón de la misma se eleva Artieda, parietal derecho de un descuidado Ezequiel y la pelota que toma rumbo al ángulo izquierdo de Cruz, que solo puede verla cuando infla la red que es lo único que lo convence que es gol. Y los hoy azules se ponen en ventaja.
No se puede hablar de merecimientos, porque si bien es cierto del dominio de pelota y territorial de Independiente, no ha sido peligroso para Cruz.
Hoffman y Guerrero se miran sin entender, pero Pepe Ludueña desde el banco, los saca de su letargo, y los arenga para que se metan el partido “Vamos que se puede” dice Don Pepe.
Y entonces Ferro va, El Piojo sigue sin aparecer, y Ferro lo necesita, pero aunque las cosas no le salen al bueno de Esteban, lo esperan, saben de antemano que es un “distinto” con la pelota y con una pincelada suya se puede revertir la cosa.
Y Filpe va, y Mascareño va, y empiezan a llover centros, pero ahí aparece el eterno Fabio Gómez para sacar una por una cada pelota aérea que llueven por doquier.
Fueron cinco minutos, intentando poner en resguardo a Cárdenas, el golero rojo. Y de un pelotazo al vacío, la pelea Victoria por derecha, su presión resulta, induce al error a la defensa de Ferro, que se la terminan dando a Cruz, y Martín que no puede tomarla con la mano, intenta un rechazo forzado y fallido, que termina en los pies de Gómez, para facturar el segundo y pensar para su interior “Clin caja...”.
Ferro sintió el impacto y fue con toda su vergüenza deportiva, pero con ausencia de fútbol, de ahí en más hasta la finalización de la primera parte el partido entró en una meseta, salpicada solamente por las innumerables e incontables tarjetas amarillas que uno veía flamear por los aires de la mano de don Velazco y hasta me daba la idea (equivocada seguramente de mi parte) se sentía importante dentro del espectáculo, que era realmente de Ferro e Independiente… Ellos eran los protagonistas.
Mientras estiraba las piernas a la espera del segundo tiempo, pensaba en vos alta “Hoy los veintidós no terminan”, pero lo que ni remotamente me hubiera imaginado, es que el numero de rojas llegaría en el complemento a seis y que terminarían jugando ocho contra ocho!!!. Partido violento, pensará Ud. amigo lector…nada más lejos de esto, Ni Ferro ni Independiente apelaron en ningún momento del partido al juego brusco o la violencia Y entonces señor escribiente??? Y amigo…es difícil de explicar, es más no creo tener explicación, para lo ocurrido en el segundo tiempo. Roja directa para Guillermo Vázquez, el informe dirá seguramente “exceso verbal” porque de la nada se dio vuelta y exagerando en sus ademanes (ampulosos hasta el hartazgo) expulsó al primero de su larga lista, porque al toque no más y a mi gusto, simplemente para compensar, aunque el informe lapidario y frío tenga el mismo texto que el anterior, se va Fabio Gómez.
Pero Ferro ha salido en busca de achicar diferencias y Pepe Ludueña les pide que no se salgan de su objetivo, y el carbonero va al frente, y Ferro descuenta, pero se lo anulan, y lo mete a Independiente contra su área, y anota de vuelta, pero se lo vuelven a anular, y eso de lo que no te mata te fortalece le cabe justo a este Ferro, que sobre los veinticinco y de un tiro libre, exageradamente lejos, de los pies de Esteban Arias, encuentra el dos a uno, que primero no se animaba a gritar por esto de “yo lo hago y vos lo anulás” pero este es válido y ahora si están dos por uno. Pero las rojas siguen desenfundando del bolsillo de Velazco y se va Diego Guerrero (F) y se va Valiente (I) y también Irala (I) y Hoffman (F) y aquel que no se va le damos amarilla pa que tenga vio??
Y Ludueña mira de reojo al banco y llama a Calbucura, y Lucas le imprime velocidad y electricidad a sus movimientos, y empieza a ser un suplicio para los que quedaron para defender a Independiente y es brillante lo de Manuel Cardenas bajo los palos del rojo, y cuando Independiente va al ataque, sale una pelota disparada a la contra de Lucas Calbucura, la toma en el circulo central y la pone para su capitán Filpe, un invento del siete carbonero en una jugada extraña que hace pasar la pelota de izquierda a derecha, desaira a su marcador y se perfila en línea recta para su mejor pierna, la derecha, sablazo abajo, cosa que el bueno de Cárdenas no llegue, y explota El Defensores del Carmen, empate y euforia para uno, empate y desazón para otro.
Y ahora los dos lo quieren ganar y los dos van y cambian golpe por golpe, lo pierde Fuentealba en un arco, lo pierde Calbucura en el otro, las piernas ya no dan más pero la mente exige al mango para no aflojar y el partido es partidazo, por lo que ponen y lo que dan unos y otros, pelota para Gómez, Mario se acomoda, gana la posición y entra al área, lo toma Guerrero y el penal es claro e indiscutible. El mismo Mario toma la pelota, se para ante Martín, es a “Cara o cruz” y las radios gritan CRUZ, CRUZ, CRUZ en alusión al pibe de la eterna gorrita, que detiene el penal.
El arbitro que por primera vez levanta su mano sin tener en ella alguna tarjeta, es para indicar que se juegan cinco más y el Piojo Arias necesitó llegar hasta los cuarenta y nueve, para meterle más suspenso al partido, en ese minuto, semi volcado por derecha, mete un golpe seco de derecha, rasante con dirección al poste derecho de Cárdenas, Manuel se arroja, pero no llega, y el grito del hincha carbonero se hace piel y las lágrimas de más de uno empañan la visión para poder llegar a ver y comprender que el Piojo se saca la camiseta y le va a dedicar el gol a su hija. Y el diablo, lo sufre a horrores, porque se le pasa rápidamente por la cabeza,que entraron al segundo tiempo con un dos a cero arriba, y llegaba justo ahora el pitazo final con un tres a dos abajo.
Las cosas del futbol, una liguilla que comenzó apasionante y a los hechos me remito.
En la semana Ferro verá que hizo mal para irse al descanso perdiendo y que hizo de bien para terminar ganando un partido increíble. Independiente arrancará la semana pensando que hizo bien para hice cómodamente ganador al descanso y que hizo de mal para quedarse con las manos vacías. Los encargados del arbitraje deberán también tomarse en la semana el tiempo necesario para evaluar quien está en condiciones de dirigir una liguilla y quienes no. Hoy simplemente el arbitro no estuvo a la altura de una gran partido. Ferro e Independiente pusieron todo ... sangre, sudor y lagrimas ... que le aseguro, no es poca cosa.