12 febrero 2008

Piden severas sanciones para el club Catamarca y elementos para la policía

Zona 60
A raíz de los serios incidentes ocurridos el domingo durante y después de un partido de fútbol jugado en el estadio municipal, rápidamente se alzaron las voces de distintos sectores que se manifestaron a favor de que se sancione al Club Fútbol Catamarca, cuyos hinchas protagonizaron disturbios y un cruento enfrenamiento con los uniformados afectados al operativo de seguridad.

Al igual que lo sucedido en los incidentes del mes de diciembre con la misma hinchada (foto), quedó de manifiesto que la mayoría del personal policial no dispone de elementos de protección. Caleta Olivia (Agencia)

La hora de las responsabilidades no le sentó bien a la dirigencia, desde donde se despegaron del tema, mientras que por el lado de la policía se intenta saber por qué no se cuenta con la cantidad de equipamiento necesario protegerse de lluvias de piedras, cascotes y palos.
Haciendo el análisis de una jornada que excedió los límites deportivos, en la mañana de ayer el tema de la gresca con barrabravas del Catamarca estuvo presente en las agendas de los medios radiales, en donde incluso los dirigentes de este deporte a nivel local manifestaron opiniones antagónicas que poco pudieron ser de utilidad para desentrañar esta problemática de antaño con los hinchas de un club que en cada fecha de encuentros infunde el temor en el barrio Unión y también en el Gregores, donde reside la mayoría de sus integrantes.
Todo comenzó en los minutos finales del encuentro disputado el domingo, cuando el arquero de de Estrella del Sur calentó los ánimos de la hinchada rival, al gastarle una broma al delantero de Catamarca, quienes iban abajo en el tablero.

FALTA DE EQUIPAMIENTO
Tal como lo marcara la publicación de ayer de Diario Patagónico, el número de policías heridos ascendió a ocho, aunque una oficial de la Seccional Cuarta fue quien revistió mayor gravedad, debido a una herida en la cabeza provocada por un piedrazo.
Según el comisario con jurisdicción en el lugar, Ramón Miño, luego de los incidentes se elevó un informe a la Unidad Regional Norte en donde brindaron acabados datos de lo sucedido.
“El personal debió replegarse. Este es el segundo encontronazo en lo que va del año y el tercero desde final de 2007”, advirtió el comisario de la Seccional Segunda, quien luego confirmó que en esta ocasión “no hubo detenciones para envitar que se generaran mayores tumultos”.
Sin embargo, las bajas en el ámbito policial originaron una controversia en cuanto a los elementos de defensa con los que contaban los uniformados.
De allí surgieron nuevas críticas, aunque esta vez apuntando a los jefes de comisaría, por permitir que sus subordinados participen de un potencialmente peligroso operativo de seguridad sin casco y ni escudo.

Lo cierto es que de los 50 efectivos que participaron del operativo en el estadio “Juan Domingo Perón”, sólo tres tenían escudo y casco, ya que pertenecían al Comando Radioeléctrico, de lo que además se desprende que ninguna de las mujeres policía tenía protección.
“Mi marido estuvo ayer y fue agredido. Pero si hubiese sido peor, ¿cómo le explico yo después a mis hijos que su papá se murió de un piedrazo porque no tenía casco?”, dijo indignada la esposa de un policía que se comunicó al programa de radio “Voces y Puntes”.

LA DIRIGENCIA
Es opinión casi unánime que los dirigentes futbolísticos, por acción u omisión, tienen en cierta manera responsabilidad en este tipo de incidentes, pero muy por el contrario, el presidente del Club Catamarca, Julián Carrizo, intentó deslindar responsabilidades al ser consultado por el conductor del mismo programa radial, señalando que “la responsabilidad es de todos”. Por su parte, el presidente de la Liga Norte de Fútbol, Jesús Reynoso, aseguró con tranquilidad que “a mí no me llegaron nunca los informes policiales para que los remitamos a la AFA”, para acto seguido acusar al municipio de “intervenir” a favor de los clubes a través de la comisión creada especialmente para estos hechos.

TOMAN ALGO Y VUELVEN
Por otra parte, el comisario mayor Alfredo Iñigo reconoció que una de las irregularidades más llamativas que favorece este tipo de situaciones delictivas, es el hecho de que la misma policía permite a los hinchas salir de la cancha en el entretiempo.
Esto no sucede en otro lugar del país y lo cierto es que tampoco hay indicios de que los comercios de los alrededores cierren sus puertas durante las horas de encuentro futbolístico.
Entonces, los barras consumen bebidas alcohólicas y vuelven a ingresar al estadio con ánimos cargados y la inhibición a flor de piel.
Por ultimo, vale mencionar que los integrantes más violentos de hinchada ya habrían sido individualizados por personal policial y se dijo que ni bien surjan las causas judiciales por la agresión a los efectivos, se precederá a librar varias detenciones en forma simultánea.

El Patagónico

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