Ushuaia - Entrevista – Ricardo Calabria
En el marco de los festejos del centenario del Club Atlético San Lorenzo de Almagro a través de la filial local “Los Cuervos del Fin del Mundo”, el ex árbitro internacional y actual técnico de ascenso visitó nuestra ciudad. Pudimos dialogar con él, siendo estos los principales pasajes de la charla.
El Diario del Fin del Mundo
ED: Recuérdenos sus inicios en el arbitraje.
Ricardo Calabria: Llegué a primera división en el año 1978, cuando en ese momento se jugaba el mundial en nuestro país, se retiraba Ángel Coerezza, al año siguiente se retirarían Comesaña, Pistarino, Goecochea, Dellacasa, realmente era una generación de árbitros muy importante e inmediatamente aparecimos nosotros, el primero fui yo en aparecer en primera división, después inmediatamente llegó Lusteau, Bava, Lamolina, Viscay, donde se conformó un plantel de jueces que creo dábamos las respuestas que se esperaban de nosotros, yo logré la categoría de internacional en el año 1983 retirándome en 1991 cuando había terminado el curso de técnico en La Plata, donde viajaba dos veces por semana en mi auto junto a Miguel Russo, Hugo Gottardi y Humberto Grondona (hijo).
E.D.: ¿Qué opinión tiene sobre los adelantos técnicos que se utilizan para juzgar los fallos de los árbitros?
R.C.: Yo al respecto tengo un pensamiento altamente positivo, con lo que la televisión le puede brindar al fútbol y particularmente al arbitraje, primero y principal porque si acertás la televisión no te cambia un acierto por un error y segundo porque en muchas discusiones que antes no tenían respuesta a través de ella podías disipar cualquier duda.
E.D.: El fútbol lo llevó a ocupar luego del arbitraje el lugar del técnico, teniendo que sufrir en carne propia que un ex colega ahora lo tenga que mantener a raya a usted.
R.C.: Lo que pasa es que yo no pude jugar en el primer nivel porque tuve que trabajar desde muy chico, jugué al fútbol durante muchos años en Victoriano Arenas en la "D" y después fui el típico jugador de potrero del bajo Flores, participé en los campeonatos de GEBA, aún siendo árbitro internacional cometía la imprudencia de ir a jugar el domingo a la mañana y tenía que dirigir el domingo a la tarde, en alguna oportunidad Muñoz lo señaló por radio y recibí un llamado de atención del cual hice caso omiso. Los últimos años que tenía trato fluido con los árbitros y los veía jugar al paddle yo no lo pedía entender, porque es insólito que los que dirigen no jueguen al fútbol. Por todo esto yo creo que fui un jugador que durante muchos años me tocó hacer de referí, por eso me entendía tan bien con los jugadores y pode ser técnico dándome la tremenda satisfacción de trabajar durante cuatro años en San Lorenzo, estar a cargo interinamente del primer equipo, dirigir la tercera siempre que pude todo esto me permitió insertarme en el fútbol después del arbitraje pero no como un extraño sino como alguien al que trataban como lo que realmente yo era, un hombre de fútbol.
La charla se extendió mucho más pero este fragmento grafica el amor de Calabria por el deporte más popular del mundo, que le permitió conocer gran parte del planeta, dirigir casi quince años al mejor nivel, para luego convertirse en técnico que dirigió en el ascenso a clubes como Almirante Brown, El Porvenir y Banfield, entre otros.
En el marco de los festejos del centenario del Club Atlético San Lorenzo de Almagro a través de la filial local “Los Cuervos del Fin del Mundo”, el ex árbitro internacional y actual técnico de ascenso visitó nuestra ciudad. Pudimos dialogar con él, siendo estos los principales pasajes de la charla.
El Diario del Fin del Mundo
ED: Recuérdenos sus inicios en el arbitraje.
Ricardo Calabria: Llegué a primera división en el año 1978, cuando en ese momento se jugaba el mundial en nuestro país, se retiraba Ángel Coerezza, al año siguiente se retirarían Comesaña, Pistarino, Goecochea, Dellacasa, realmente era una generación de árbitros muy importante e inmediatamente aparecimos nosotros, el primero fui yo en aparecer en primera división, después inmediatamente llegó Lusteau, Bava, Lamolina, Viscay, donde se conformó un plantel de jueces que creo dábamos las respuestas que se esperaban de nosotros, yo logré la categoría de internacional en el año 1983 retirándome en 1991 cuando había terminado el curso de técnico en La Plata, donde viajaba dos veces por semana en mi auto junto a Miguel Russo, Hugo Gottardi y Humberto Grondona (hijo).
E.D.: ¿Qué opinión tiene sobre los adelantos técnicos que se utilizan para juzgar los fallos de los árbitros?
R.C.: Yo al respecto tengo un pensamiento altamente positivo, con lo que la televisión le puede brindar al fútbol y particularmente al arbitraje, primero y principal porque si acertás la televisión no te cambia un acierto por un error y segundo porque en muchas discusiones que antes no tenían respuesta a través de ella podías disipar cualquier duda.
E.D.: El fútbol lo llevó a ocupar luego del arbitraje el lugar del técnico, teniendo que sufrir en carne propia que un ex colega ahora lo tenga que mantener a raya a usted.
R.C.: Lo que pasa es que yo no pude jugar en el primer nivel porque tuve que trabajar desde muy chico, jugué al fútbol durante muchos años en Victoriano Arenas en la "D" y después fui el típico jugador de potrero del bajo Flores, participé en los campeonatos de GEBA, aún siendo árbitro internacional cometía la imprudencia de ir a jugar el domingo a la mañana y tenía que dirigir el domingo a la tarde, en alguna oportunidad Muñoz lo señaló por radio y recibí un llamado de atención del cual hice caso omiso. Los últimos años que tenía trato fluido con los árbitros y los veía jugar al paddle yo no lo pedía entender, porque es insólito que los que dirigen no jueguen al fútbol. Por todo esto yo creo que fui un jugador que durante muchos años me tocó hacer de referí, por eso me entendía tan bien con los jugadores y pode ser técnico dándome la tremenda satisfacción de trabajar durante cuatro años en San Lorenzo, estar a cargo interinamente del primer equipo, dirigir la tercera siempre que pude todo esto me permitió insertarme en el fútbol después del arbitraje pero no como un extraño sino como alguien al que trataban como lo que realmente yo era, un hombre de fútbol.
La charla se extendió mucho más pero este fragmento grafica el amor de Calabria por el deporte más popular del mundo, que le permitió conocer gran parte del planeta, dirigir casi quince años al mejor nivel, para luego convertirse en técnico que dirigió en el ascenso a clubes como Almirante Brown, El Porvenir y Banfield, entre otros.