LIGA DE RIO GALLEGOS
Bancruz derrotó categóricamente a Hispano Americano por ocho tantos contra dos en el inicio de la segunda rueda del torneo local. El “azurro” fue superior en todo momento del partido ante un “celeste” que mientras tuvo en campo a Mansilla fue medianamente un equipo con cuerpo y alma. En el segundo tiempo y con la expulsión de su capitán, Hispano se convirtió en un manojo de voluntades, pero esto no alcanzó ante un Bancruz que fue muy superior en todas sus líneas.
Alfredo Galvez
Dos realidades completamente distintas frente a frente. Bancruz llega con dos empates en su haber. Uno casi inexplicable ante Vial Santa Cruz y otro ante Petrolero, donde destacamos por aquel entonces el triunfo del fútbol, por el buen juego y el pensamiento de ganar por ambos lados. Hispano es la contrapartida futbolística. Mientras los días de glorias se reducen a su rica historia de muchos años atrás, el presente de los muchachos de la calle Alberdi, se sumerge en lo que simplemente es una caída libre. Sin Valencio como técnico desde hace dos fechas, este fierro caliente lo ha tomado Don Daniel Robledo, hombre de la casa y no cabe ninguna duda que le ha tocado “bailar” con la más fea.
Pequeños “retoques” en el once titular bancario. Por lo que Don Cocho Sapunar dispone de Rodrigo Ludueña en el arco. Maxi Ríos, Leandro Llancao, Carlos Maciel y Franco Pagola componen la línea de fondo. Miguel Rivera, Juan Medina, Maximiliano Troncoso en zona media. Unos metros más arriba Maxi Chávez y de puntas Mariano Barría y Alejandro Copeckzny. Hispano viene de caer por goleada ante Ferro, por lo que Robledo, que hoy lo ve desde afuera por haber sido expulsado justamente ante el carbonero, hecha mano al equipo y va con cambios varios. Facundo San Pedro en la valla. Dante Carrizo, Roberto Barría, Cristian Lugo y Fernando Maidana en defensa. Diego Andrada y Franco Gómez como carrileros, uno por derecha y el otro por izquierda. Doble cinco compuesto por Leonardo Pagola y Diego Mansilla. Daniel Setembrino con libertad para crear, unos metros más arriba y Jorge Fritz es el punta celeste. Con el pitazo de Omar Lugo Bancruz sin prisa, pero sin pausa, ponía su fútbol y la pelota en dirección de San Pedro. Y solo le bastaron quince minutos al Azurro para abrir el marcador. El tiro de esquina ejecutado desde la derecha por Barría encuentra a Llancao plantado en el área, sin marca, con libertad absoluta para elevarse en el aire, poner parietal zurdo, darle el desvío necesario a la caprichosa, para que se anide en los piolines por primera vez. Y el celeste fue, empujado por el buen trato de pelota de Diego Mansilla, que encontraba en Setembrino un socio ideal para esto de la descarga… del toco y me voy. Pero sin embargo fue Bancruz quien a los diecinueve le “cede” el empate a Hispano. Maxi Chávez deambula por su campo, muy retrasado, toma la redonda y encara a Setembrino, le quiere vender una fantasía (Caño que le llaman) pero Daniel no solo que no compra, sino que recibido el regalo, encara, amaga y entrega el pase justo para que Fritz selle el uno a uno. Ni reclamos ni lamentos de Cocho Sapunar, sabe de antemano que asumido el Mago su error, va a querer revancha, va a querer su desquite. Y dos minutos más tarde lo tiene. Pelota quieta por tiro libre. Dos para la ejecución Chávez y Pagola. La zurda de Franco que solo pinta de muleto, porque es cantado que El Mago va con derecha. Y la cara interna su pie diestro acaricia la redonda, hace estéril el vuelo de San Pedro, y la caprichosa agradece “el mimo” sonriente en el fondo de la red. Hispano intentó, es cierto, arrimar peligro al arco del Roly Ludueña, pero siempre Bancruz era más. Con Medina copando el medio campo. Con Pagola y Ríos yendo a buscar una y otra vez por las bandas. Con Llancao y Maciel buscando de arriba cada centro que caía en el área celeste. Sumado a la experiencia de Rivera puesta al servicio del equipo. Uno intuía que solo era cuestión de tiempo. Y el tiempo llegó a los cuarenta. Pelota de tiro libre sobre la izquierda del ataque. Más propicio para un centro en busca de cabezas que intentar tiro directo al arco. El ángulo de la pelota hasta el arco de San Pedro es muy cerrado… bah al menos para mí. No para Maxi Chávez que saca un conejo de la galera, le vuelve a dar de derecha con cara interna y la mete en el primer palo de San Pedro, para estirar el marcador tres a uno. Otro golazo. Hay que achicar diferencia rápido, pensó Hispano y dos minutos más tarde, Maidana que pasa por izquierda la mitad de la cancha y mete el centro que captura Setembrino y la cabeza de Daniel deja en el camino al fallido intento del Roly, para dejar las cosas tres a dos mientras Omar Lugo manda a camarines al descanso.
Si bien Bancruz era más, el resultado estaba ahí… abierto “Si metimos dos…vamos por el empate” pensó Hispano, que salió en busca del arco del Roly, teniendo como abanderados a Setembrino y Mansilla, pero Bancruz tiene en Barría no solo un hombre veloz, sino que Mariano con la pelota sabe y mucho. El Rayo a los seis vence la resistencia de San Pedro y eleva las cifras cuatro a dos. Pero si la mano venía torcida para el celeste, se pone peor cuando a los once minutos, Diego Mansilla se va de mambo, mete fuerte ante Llancao y Lugo eleva su mano derecha para que todos los presentes vean la roja que tiene en su diestra para el capitán de Hispano. De ahí en más, si Hispano era voluntad, gana y corazón, sin Mansilla se convirtió en una sombra, en un total desconcierto, con un notorio quiebre anímico que hizo del celeste un fantasma deambulando por el Defensores del Carmen, esperando y sufriendo cada uno de los goles de Bancruz que dolían como puñaladas hasta llegar a ocho. A los veintidós Barría sumaba cinco, en treinta y tres Pagola no fallaba desde los doce pasos y cantaba seis. A los treinta y siete el negro Rivera en un gol discutido por Hispano gritaba siete y llevaba consigo la expulsión del Técnico Palermo. Vale aclarar que el banderín del asistente estaba en alto cuando recibe Rivera, pero cierto es que el árbitro asistente es eso, asistente. Quien manda, pita y sanciona es el árbitro principal y Lugo entiende (Y yo coincido) que la pelota va para Rivera y el negro viene desde atrás cuando parte la pelota y está habilitado. El octavo convertido por el recién ingresado Villagra casi casi es anecdótico. Sin descuento (Ni falta que hacía) Don Omar Lugo determinaba el final del partido. Mesurada alegría bancaria, tristeza marcada en los rostros del celeste. El cara y cruz del fútbol. Y aunque parezca de casette, de esto se sale solamente con trabajo y más trabajo y Robledo lo sabe y los muchachos lo entienden. Bancruz, no voy a descubrir nada con esto, es uno de los mejores equipos del torneo, sin importarme lo que diga la tabla. Sólido en el fondo, seguro en el medio y rápido arriba tiene un equipo equilibrado y de buen fútbol que piensa siempre en el arco de enfrente. Si a esto le agregás como un “plus”, que tiene a Chávez para cada pelota detenida…olvidate!!
Bancruz sabe lo que quiere..sabe a donde va..