ARGENTINO B
Apenas se habían jugado seis minutos del primer tiempo y las miradas se instalaron en el sector de plateas. Un desaforado efectuaba tiros al aire y amenazaba con disparar hacia el sector donde estaban los simpatizantes de Huracán.
Crónica
El hombre -de unos 55 años- vociferaba que quería tomarse venganza porque supuestamente su esposa había sido agredida por hinchas de Huracán. En un acto de arrojo, los mismos plateistas que estaban cerca del desequilibrado hincha madrynense, le quitaron el arma y lo entregaron a la policía.
Todo sucedió muy cerca del banco de los suplentes de Huracán. Apenas se escucharon las detonaciones, los jugadores y cuerpo técnico del conjunto comodorense, salieron rápidamente hasta el centro del campo.
Una vez reducido el potencial asesino, se entró en una tensa calma que jamás se disipó del Coliseo del Golfo.
Antes y después también hubo problemas. El ingreso de la parcialidad de Huracán nuevamente fue un caos. "Nosotros queríamos que nos manden entradas anticipadas para evitar estas cosas, pero no nos dieron lugar. Al contrario, nos dijeron que eso no lo iban a hacer porque suponían que la gente iba a falsificar las entradas. Después, poco antes del horario del partido, me quise comunicar con los dirigentes de Madryn, ir a comprarles las entradas anticipadamente y que todos ingresen sin problemas, pero no hubo caso, apagaron los celulares", dijo el dirigente Carlos Vargas.
Vargas, quien anoche todavía estaba en Madryn agregó a través de una comunicación telefónica que "es mentira que quisimos entrar sin pagar. Cuando fuimos a comprar las entradas no había nadie en boleterías. No nos querían vender las entradas para que nos enfrentemos con la policía".
En esa previa y en el final del partido, con la gente de Huracán saliendo del campo de juego, hubo corridas, piedrazos y más agresiones, con la lógica consecuencia de heridos.
Hubo un simpatizante de Huracán de 22 años que quedó internado porque en su cuerpo habían impactado más de 20 balas de goma. Sufrió una hemorragia que motivó la consecuente internación.
Otro capítulo más de una barbarie que desafortunadamente es tan común como la lamentable desidia que cada vez nos tiene más acorralados.
Apenas se habían jugado seis minutos del primer tiempo y las miradas se instalaron en el sector de plateas. Un desaforado efectuaba tiros al aire y amenazaba con disparar hacia el sector donde estaban los simpatizantes de Huracán.
Crónica
El hombre -de unos 55 años- vociferaba que quería tomarse venganza porque supuestamente su esposa había sido agredida por hinchas de Huracán. En un acto de arrojo, los mismos plateistas que estaban cerca del desequilibrado hincha madrynense, le quitaron el arma y lo entregaron a la policía.
Todo sucedió muy cerca del banco de los suplentes de Huracán. Apenas se escucharon las detonaciones, los jugadores y cuerpo técnico del conjunto comodorense, salieron rápidamente hasta el centro del campo.
Una vez reducido el potencial asesino, se entró en una tensa calma que jamás se disipó del Coliseo del Golfo.
Antes y después también hubo problemas. El ingreso de la parcialidad de Huracán nuevamente fue un caos. "Nosotros queríamos que nos manden entradas anticipadas para evitar estas cosas, pero no nos dieron lugar. Al contrario, nos dijeron que eso no lo iban a hacer porque suponían que la gente iba a falsificar las entradas. Después, poco antes del horario del partido, me quise comunicar con los dirigentes de Madryn, ir a comprarles las entradas anticipadamente y que todos ingresen sin problemas, pero no hubo caso, apagaron los celulares", dijo el dirigente Carlos Vargas.
Vargas, quien anoche todavía estaba en Madryn agregó a través de una comunicación telefónica que "es mentira que quisimos entrar sin pagar. Cuando fuimos a comprar las entradas no había nadie en boleterías. No nos querían vender las entradas para que nos enfrentemos con la policía".
En esa previa y en el final del partido, con la gente de Huracán saliendo del campo de juego, hubo corridas, piedrazos y más agresiones, con la lógica consecuencia de heridos.
Hubo un simpatizante de Huracán de 22 años que quedó internado porque en su cuerpo habían impactado más de 20 balas de goma. Sufrió una hemorragia que motivó la consecuente internación.
Otro capítulo más de una barbarie que desafortunadamente es tan común como la lamentable desidia que cada vez nos tiene más acorralados.